Con una demora inusual, el verdolaga retomó la senda del deporte, tras tres meses de inactividad futbolística y a poco del inicio del Torneo Apertura 2009. Dejando de lado las dificultades de varios jugadores para hacerse presente en este primer compromiso, La Lima sumó doce voluntades para disputar un cotejo de carácter amistoso frente a, valga la redundancia, Los Amigos.
Los pocos datos sobre el rival indicaban que se trataba de un equipo que ingresó al último certamen en las postrimerías, para jugar y ganar los tres partidos que afrontó. El perfil de este equipo, a juzgar por semejante presentación, auguraba un compromiso nada fácil para el team limeño, más aún si se tiene en cuenta la prolongada inactividad estival del plantel.
Con muchas ganas, doce jugadores superaron todas las dudas previas y se calzaron la verdiblanca a listones horizontales. Varios de ellos miembros del plantel de la temporada pasada: Diego, Lean, Javier G., Javier S., el Dibu, el Primo, Andrés y el Poten. A ellos se sumó Goofy, cuya presencia para el próximo torneo estaría confirmada, y tres invitados: Capa (quien jugara algunos partidos en el 2008), y los debutantes Juan y Damián.
Con un esquema que iba a modificarse cada 15 minutos (se hacía un cambio rotativo, aprovechando el "hombre" de más), pero que intentaba respetar los puestos tradicionales de cada jugador, el verdolaga arrancó muy flojito. Para graficar la situación: tuvo la pelota en su poder dos veces en los primeros cuatro minutos: una para sacar del arco luego del primer intento ofensivo de Los Amigos, y la otra para sacar del medio, tras la segunda intentona del rival, que culminó en un golazo que coronó una serie interminable de pases de los jugadores contrarios ante la mirada impotente de los once limeños.
Con el marcador desfavorable, el verde se propuso poner todo de sí para apoderarse del balón en breve. Sin embargo, los primeros veinte minutos transcurrieron sin que La Lima pueda hacerse presente en el juego. Todo era del rival: de buen manejo, los jugadores de casaca negra hacían correr a los limenses, quienes no le encontraban la vuelta a la cosa. Para colmo, cada pelota recuperada duraba muy poco en poder del verdolaga, por imprecisión en los pases y una casi nula capacidad para llevar riesgo al arco de enfrente.
Así, el segundo gol no demoró en llegar, y no pocos se vieron venir uno de esos partidos que aburren con la reiterada escena del saque del medio. Por fortuna, la balanza se fue equilibrando hacia el tramo final de la primera etapa, en la que La Lima tuvo tres intentos. En el primero, el Poten revoleó de lejos un pelotazo que cayó justo sobre el arco; más tarde, el Goofy pisó el área y cuando estaba para definir, lo taparon; y en la más clara, Lean pisa la media luna, un rival manotea la pelota, y el limeño, sacando ventaja del quedo del resto de la defensa (todos pensaron que era tiro libre), remata pero el arquero rechaza su disparo.
Los indicios de mejoría se profundizaron en los primeros minutos del segundo tiempo. Con el Primo arrancando un poco más atrás, y todas las líneas albiverdes animándose a salir un poco del propio campo, el trámite se emparejó. A poco de comenzado el complemento, el Primo roba el balón en el medio, y toca para Juan; el debutante alarga para el Dibu, que encara a los zagueros centrales y luego habilita hacia la derecha al Poten, quien pisando el área remata al primer palo y clava el gol del descuento.
El empate estaba cerca, pero Los Amigos reaccionó a tiempo y en pocos minutos volvió a estirar la diferencia, y se puso 3 a 1. En un partido de ida y vuelta, a 15 del final, iba a llegar el segundo gol limeño, un joya típica de las del Primo. Sobre la derecha, a la altura del área, el volante recibe la pelota y de frente a su marcador se hamaca amagando dos veces para cada lado, para luego desbordar. Siempre escoltado por el defensor rival, y ya desde ángulo cerrado, el Primo saca un centro-gol que termina colándose de emboquillada por sobre la perpleja humanidad del guardameta amigo. Golazo, y a buscar el empate.
Si bien La Lima tuvo un par de chances más para empatar en los pies del Poten y en un tiro libre a cargo del Primo, el último tramo del encuentro fue casi todo de Los Amigos. Bordeando ya lo sobrenatural, la pelota pegó cinco veces en los palos defendidos por Diego y abortó una goleada que nadie hubiera calificado como inmerecida. Premio a la insistencia, el gol que selló el resultado final llegó con un cabezazo en tiempo de descuento.
Luego del primer acto futbolístico del año, y a pesar del resultado desfavorable, La Lima sigue buscando su mejor forma. Queda poco para empezar a jugar por los porotos, y estos partidos sirven para ir reagrupando la tropa. Será tarea de los próximos ensayos reencontrarase con el nivel que le permitió hace cuatro meses ganar la zona después de mucho tiempo.
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