miércoles, 28 de julio de 2010

¡Suéltame, pasado!

La Lima volvió a enredarse en sus propios vicios y cayó estrepitosamente por 4 a 0 frente a Bergamasco, en el tercer amistoso de pretemporada. El entusiasmo renovador cedió frente a los problemas de siempre, a sólo siete días del inicio del Clausura.

Lo que parecía ser una convocatoria excesiva una hora antes, con catorce jugadores queriendo participar del equipo que una semana atrás había dado vuelta un 2-0 abajo, terminó resultando insuficiente siquiera para arrancar el partido en igualdad de condiciones. A la ausencia prevista de varios jugadores del plantel y los consiguientes cambios posicionales efectuados, se sumó la dificultad de tener que jugar con uno menos durante casi toda la primera etapa, algo que prácticamente condenó al verdolaga a la derrota.

La Lima, en esta versión en exceso improvisada, formó con Mauri al arco, una dupla central debutante formada por Seba de líbero y el Poten de segundo marcador central, y el Dibu y Javier S. marcando por las puntas izquierda y derecha respectivamente. En el mediocampo Rodrigo se paró de cinco, con Víctor unos metros por delante, Lisandro por izquierda y Leandro por derecha. En la "delantera", quedó solo el pobre Vaca, lidiando contra una defensa completa.

En condiciones climáticas un tanto difíciles (mucho frío y viento cruzado, en una cancha muy blanda) el partido se inició con un lógico dominador. Bergamasco, haciendo uso del hombre de más, manejaba la pelota sin mucho criterio pero conservando la iniciativa. La Lima esperaba replegada mientras la última línea se familiarizaba lentamente con los avatares defensivos. Así y todo, el planteo resultó eficaz en la primera mitad del primer tiempo, ya que ni uno ni otro equipo conseguía doblegar al rival.

Hasta que a los 17 minutos llegaría la instancia fatal que desmoronaría el humilde plan limeño. Dos veces en un minuto La Lima perdió la pelota en la salida de su área y la delantera rival no perdonó. Primero con un remate de media vuelta, abajo y a la derecha de Mauri, y luego con un disparo dentro del área que el guardameta limeño tocó insuficientemente, Bergamasco clavaba un 2 a 0 con un hombre más y cuando La Lima casi no había llegado al área rival.

Con la ventaja a su favor, Bergamasco se tranquilizó. El Dibu rotó su posición con Lisandro, para darle más juego al mediocampo. La inferioridad numérica se notaba sobre todo cuando La Lima tenía la pelota e intentaba llegar con peligro al arco contrario, pero este problema empezó a resolverse cuando arribó un invitado de urgencia, a cinco del final del primer tiempo, y quedaron once contra once.

Para el complemento, La Lima se plantó un poco mejor atrás, con un Seba llegando a todas por detrás de los otros tres defensores que hacían lo que podían. Pero la igualdad numérica no se pudo plasmar en el juego: La Lima seguía llegando poco y Bergamasco recuperaba la pelota y atacaba con casi medio equipo.

Ante semejante situación, el tercer gol no demoraría en llegar, y con él, el bajón definitivo. La Lima acusó el cachetazo y el cuarto gol fue mero trámite. La oportuna actuación de Mauri y el amor propio de algunos jugadores, sumado a algo de tardía fortuna, evitó que el resultado fuera aún más abultado.

La Lima volvió a caer cuando queda muy poco por empezar el torneo. Se vienen 12 partidos, como mínimo, en el que buscará resucitar tras la paupérrima campaña del semestre anterior. Para hacerlo deberá, por lo menos, dejar de lado los (a esta altura) imperdonables tropiezos organizativos y echar mano a una buena dosis de generosidad, compañerismo y buena leche, para que el buen juego al que aspira tenga, además, algún sentido.

sábado, 24 de julio de 2010

¡Atrévase a soñar!

La Lima juega esta tarde el último amistoso antes de comenzar el Clausura y quiere volver a ganar. Varias ausencias, pero la presencia confirmada de un sueño común: la victoria.

Pavada de objetivo se ha trazado el plantel: volver a hacer más goles que el rival en un mismo partido. Y es que después del esperado fin de la racha negra, sucedido el sábado pasado, el ánimo limeño se ha ido para arriba como flatulencia de buzo. La cercanía de un nuevo torneo, en el que los 91 equipos arrancan iguales y con una misma esperanza de gloria, no hace más que avivar el renaciente fuego verdolaga y los signos de resurección ya son varios. Convocatorias más que suficientes, disminución del promedio de edad del plantel, goles, incorporaciones, infraestructura (se habla de la posible inversión en material deportivo) y hasta la renovada aparición en los medios de comunicación, vuelven a poner a La Lima de pie y con nuevos bríos.

Esta tarde, desde las 13.30 hs, el verdolaga presentará más de una docena de jugadores, sumando a la vieja guardia, las recientes incorporaciones y los invitados. Se desconoce cuál será el rival, pero para los limones es un detalle menor: el desafío es ganarle a quien se plante. Para ello, se intentará echar mano de lo que viene dando mejores resultados: un mediocampo lo más estable posible, una delantera ágil, y una defensa que está buscando partido a partido una mayor solidez.

La cuenta regresiva ya está en marcha. Lo que venga después será a todo o nada: por los porotos.

jueves, 22 de julio de 2010

Ocho meses

Ese fue el tiempo que pasó hasta el último sábado, cuando La Lima volvió a ganar un partido. Nada más ni nada menos que en la cancha 10, sitio infernal en el que jamás había ganado, y frente a Superstar. Dio vuelta un 2 a 0 y lo puso 3 a 2, con goles del Vaca, Víctor (p) y el Dibu. Gran optimismo a días del inicio del Clausura.

Alguna vez iba a suceder, en algún momento se iba a dar vuelta la torta y La Lima volvería a cantar victoria. Tuvieron que pasar largos y durísimos meses de degradación institucional y futbolística, que llevó incluso a la triste instancia de tener que replantearse el modo de continuar. Desde la última victoria frente a Le bigot por 1 a 0 (28 de noviembre de 2009, Torneo de Buena Conducta) un puñado de amistosos y todo un torneo con sus trece partidos pasaron en estos meses de calvario, acaso en lo que fue la peor temporada en la existencia limeña.

Pero de la mano de los valores más jóvenes de la institución, la tan deseada renovación futbolística y anímica parece estar dando sus más que satisfactorios primeros pasos. Tras un final de torneo pobrísimo, el verdolaga se halló en la instancia de 16º de final del Torneo de Buena Conducta, partido que, como se sabe, perdió por 5 a 3 tras ir dos veces en ventaja en el marcador. Más allá de la esperable eliminación, el equipo formó aquella tarde con apenas medio plantel de la lista de buena fe inicial, y el resto con invitados, los cuales serían la base de las actuales incorporaciones. El hecho de haber ido ganando por algunos minutos despertó una tibia esperanza de cara al futuro, y más aún lo hicieron los tres goles conquistados por uno de los invitados. En el debe quedó, sin dudas, el flojo papel defensivo que se tradujo en los cinco goles recibidos.

Tras el receso, con la llegada de algunos refuerzos y el renovado compromiso con el equipo (que ya lleva dos semanas), la familia limeña parece haberse propuesto borrar lo pasado y mirar para adelante, a sabiendas de que no existe la mínima chance de hacer un peor papel que el realizado en el primer semestre. El primero de los amistosos evidenció una clara mejoría, a pesar de la anecdótica derrota por 2 a 1, y nuevamente la institución albiverde comenzó a tejer una secreta ilusión: por el camino que se empezaba a recorrer tarde o temprano se alcanzaría alguna victoria.

Y así fue, nomás. Tan sólo siete días después de aquél 1-2, el verde se tomaría revancha. En un equilibrado cotejo, La Lima estuvo más cerca de abrir el marcador, pero a sus intentos fallidos le siguió, sobre el final del primer tiempo, el gol de Superstar. Antes de llegar a reponerse, el verde recibió en los primeros minutos del complemento el segundo gol en contra, y ahí pareció venirse la noche. Pero esta tarde iba a ser diferente: un gol del Vaca, otro de penal (ejecutado por Víctor) y un golazo del Dibu servirían para dar vuelta el resultado y volver a poner a La lima de pie.

Ahora, a 10 días del primer partido por el Clausura, sólo queda tiempo para algún amistoso más, última oportunidad para ajustar algunas piezas. A partir del 31 de julio, los pingos se verán en la cancha.