domingo, 1 de noviembre de 2009

Una tarde hermosa


Bajo un diluvio, La Lima volvió a ganar luego de 175 días y sumó de a tres por primera vez en el Clausura. Diego (amigo de Gufy), Mauri y Víctor, los goleadores del 3 a 1 a Bergamasco.
"No hay mal que dure 6 meses", decían los jugadores limeños más optimistas en la previa de uno de los últimos partidos del año. Y se referían, precisamente, a que el próximo 9 de noviembre se cumpliría medio año desde el último triunfo de La Lima (4 a 1, frente a SC por la 3º fecha de la 2º ronda del Apertura), período en el que jugó 15 partidos (uno de ellos amistoso), empató 2 y perdió los otros 13. Bajón futbolístico, prolongadas ausencias de algunos jugadores del equipo base, mala suerte, pobre estado físico... todo se fue conjugando para que La Lima pasara a ser un equipo acostumbrado a perder.


Con dos fechas por delante, más una eventual participación en el torneo de Buena Conducta, la de ayer era una de las últimas oportunidades para retornar a la senda del entusiasmo y cortar, de cuajo con un racha de 6 derrotas consecutivas. Enfrente, un muy debilitado Bergamasco, que con varias bajas en el equipo que peleara los primeros puestos de la zona B en la primera ronda, ahora discutía la última posición con el "verde", tras 5 derrotas consecutivas y ningún gol a favor (10 en contra). Sea como fuere, y como sucediera desde hacía meses, para La Lima ya no había rivales accesibles.

Graficando lo penoso del presente limeño, 48 hs. antes del encuentro ningún jugador había confirmado su presencia, y tres horas antes, en el mediodía del sábado, faltaban todavía tres para llegar a los once reglamentarios. Los ruegos por feroces tormentas que postergaran nuevamente la fecha ya no habrían de dar resultado, y el partido se acercaba, inexorable. Finalmente el verde logró convocar a once: Diego (que fue padre unas horas antes), Javier G., Javier S., Mauri y Andrés, para jugar atrás; en el medio, Seba, Poten y Víctor por derecha e izquierda respectivamente, y el Primo (apareció de sorpresa justo cuando La Lima puteaba por lo bajo por el desplante del Vaca) cerca del veterano volante central; arriba, el Gufy y Diego, su invitado, quien, disminuído por una lesión en los gemelos, se paró de centrodelantero.

A cinco minutos de comenzar el encuentro, tras varios días de amenaza, se desató la lluvia que ya nadie esperaba. Los jugadores se cambiaron apurados y saltaron a la cancha 4, justamente el escenario del último triunfo limeño, a jugar bajo un aguacero cada vez más intenso y un viento de norte a sur que complicaba más las cosas.

En el comienzo, la iniciativa fue claramente de Bergamasco, que no se metió atrás y jugó más verticalmente. La Lima intentaba abroquelarse sin perder el orden en un terreno en el que se hacía difícil hacer pie y llegar a tiempo a cortar el juego. Bergamasco avisó enseguida, con una buena combinación de sus volantes por el sector izquierdo, que llegaron al área ganando la espalda de la última línea verde y definieron defectuosamente.



Las réplicas limeñas expresaban la voluntad del equipo por ganar el partido, más allá de la claridad con la que se desarrollaban los intentos. Víctor rompía líneas con su potencia por la izquierda, Gufy y Diego buscaban por los huecos que dejaban los zagueros, pero la pelota y el campo de juego se combinaban arruinándolo todo.


Así se jugó todo el partido


Cierto desorden a la hora de la marca, inclinaba la balanza para el lado de Bergamasco, sobre todo en el sector central. Con el paso de los minutos, el buen pie del Primo se adaptó al terreno, el Poten dejó de debatirse entre salir a apretar o esperar un poco, y la defensa limeña encontró algo de respiro. Sin embargo, Bergamasco insistía y Diego, el arquero verdolaga, tuvo un par de acertadas intervenciones que mantuvieron, desacostumbradamente, el cero en la propia valla por todo el primer tiempo.


Tampoco pudieron concretarse las dos o tres chances de quebrar el cero que tuvo La Lima , con disparos de Víctor y Gufy, y el pitazo del árbitro selló la paridad al cabo de la primera mitad.

En el entretiempo aflojó un poco la lluvia, aunque el campo de juego quedó muy pesado, algo que emparejaría el desempeño de los dos equipos. La cancha, acaso la más grande del predio, brindaba espacios para el juego, que se hacía lento.

A poco de comenzado el segundo tiempo, La Lima intentó avanzar sobre terreno bergamasqueño, y muy cerca estuvo de quebrar el cero con una contra que llevó el juego de derecha a izquierda, hacia la posición de Víctor. El delantero eligió descargar hacia la media luna, en lugar de patear al arco, y la defensa rival inició una réplica implacable. El equipo verdolaga, jugado en ataque, quedó mal parado frente a la contra vertical del rival: ni Andrés ni Javier G. lograron abortar el contragolpe que culminó con un toque sutil del delantero por sobre Diego, que salía. El gol, el primero del rival en toda la segunda ronda, fue gritado exageradamente, y más de uno pensó que se terminaba el partido.

Pero no fue así. Algo iba a ser distinto esta vez. La Lima no se dejó invadir por ningún sentimiento derrotista, y herida en su orgullo se rebeló futbolísticamente. Esta vez, las cagadas a pedos mutuas entre los jugadores limeños redundaron en un esfuerzo extra que permitió dar vuelta las cosas.

En pocos minutos, La Lima ya se encontraba a tiro del empate. Un nuevo avance terminó en córner desde la derecha del ataque limeño, el Poten lo ejecutó a media altura y Mauri cabeceó al gol. La pelota se desvió justo en un rival, y nuevo córner; esta vez, el Poten tocó corto al Gufy, que devolvió atrás de primera, a pesar de la disconformidad con la opción de parte de algunos que esperaban el centro "de una". El Poten quedó perfilado para la zurda, una de sus dos piernas débiles, y envió un centro en línea recta al segundo palo. Dentro del área, Mauri rozó la pelota, nadie despejó, y Diego terminó empujando al fondo del arco. Era el 1 a 1, y faltaba bastante.

Bergamasco sintió el impacto, tras el empate, y La Lima se envalentonó. Pudo aumentar el rival, cuando tras una serie de intentos fallidos dentro del área Andrés logró despejar agónicamente sobre la línea.


La paridad no duró mucho tiempo. En otro ataque limeño, el Gufy fue derribado justo cuando iba a definir, pero el juez señaló un nuevo córner, otra vez desde la derecha. El Poten volvió a ejecutar, y Mauri, nuevamente, conectó un potente cabezazo al primer palo, señalando el segundo gol limeño.

Mauri festeja su gol, bajo la lluvia

No quedaba mucho tiempo más, y La Lima trató de mantenerse ordenado atrás, para defender la victoria. Agotados, los jugadores verdolagas se dejaron ganar por los nervios y generaban algunas faltas, brindando innecesariamente la tenencia de la pelota. La defensa se afirmó y junto a Diego intervino sin fallas para cerrar el arco.

Ya en tiempo de descuento, La Lima aprovechó una contra bien manejada por el Primo, que cedió a Víctor sobre la izquierda. Ante la salida del arquero, el ahora volante limeño definió sutilmente por arriba y al segundo palo. Con el tercer gol consumado, el árbitro bajó la persiana.

La Lima se reencontró con la victoria, tras casi seis meses sin alegrías y a pocos días de terminar el torneo. Será hora de dejar atrás uno de los períodos más negros en materia de resultados y recuperar la mística de este equipo que no para de resucitar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

La vuelta del blog y la vuelta de la victoria!! Mauri, aflojá con las abdominales.

Javier S.

Javier dijo...

jaja, genial la foto del "loco" mauri

Anónimo dijo...

atras se lo ve al tiger, elongando, jaja

Lean dijo...

qué alegría!! poné fotos del partido y de la plaza. Felicitaciones!!

Anónimo dijo...

muy buena cronica. manotas. vamos limaa hay que seguir asi

Unknown dijo...

Vamos la lija!!! Era la remera que me marcaba la panza entonces!