sábado, 2 de febrero de 2008

Alivio: la mitad más uno la prefiere


Luego de una semana en la que este blog consultó a los fanáticos limeños, se cerró la encuesta con un resultado que dice mucho: la mitad más uno prefiere la nueva casaca.


La jugada era arriesgada. Más allá de la trillada autoproclamación de la mayoría de los miembros del "Mundo Lima" como personas "revolucionarias", "progresistas", "disconformes con el estado de las cosas" y calificativos similares, bien sabido es que el ambiente del fútbol, profesional o amateur, a menudo pone de relieve las conductas y rasgos más conservadoras de muchas personas. La reticencia a modificar sustancialmente esquemas tácticos perimidos (¿cómo se entiende que un equipo que pierde 8 de cada 10 partidos se siga defendiendo con línea de 4 cuando podría formar un bloque de 10 jugadores cerca de su propio arquero?), la persistencia en la convocatoria de jugadores probadamente yetas y la década en continuado formando parte de un torneo imposible de ganar son apenas botones de muestra del conservadurismo del que son capaces (sí, también ellos) nuestros muchachos.

Ignorando todo esto fue que hace pocos días representantes del plantel llevaron a cabo una patriada de aquellas, una más en la ya épica historia de La Lima: cruzaron los límites de nuestro país y en tierras lejanas adquirieron una nueva docena de casacas verdiblancas, las cuales serán utilizadas a partir de las semana próxima, cuando se inicie la temporada 2008. Dueños de un entusiasmo más propio de debutantes que de casi retirados futbolistas, los representantes verdolagas se trajeron un juego de remeras del Santos Laguna, el equipo mexicano que viste los mismos colores, aunque dispuestos en franjas horizontales.

Este medio se abocó entonces a consultar a la familia limense acerca de cuál era la remera, de todas las usadas en estos diez años, que prefería para utilizar como oficial en el próximo Torneo Apertura, a iniciarse el 15 de marzo venidero. Pocos recuerdan ya la primera, la de acetato amarillo, con vivos negros y números apenas legibes, cuyo paradero se desconoce en absoluto. Más acá en el tiempo, varios de los actuales jugadores limeños llegaron a ponerse la roja y negra, con numero topper y escudo de pico y pala pintados a mano, que con el tiempo y los sucesivos lavados devino en rosa y gris. En las últimas temporadas, La Lima adoptó los que debieron ser sus colores fundacionales, el verde y blanco, para vestirse y perder bastante seguido. "La verdad es que es una buena idea ponerse otra pilcha, la mufa que tienen las camisetas verdes que veníamos usando ya es irremontable, papá", opinó uno de los jugadores que prefirió mantenerse en el anonimato mientras se ponía el uniforme y se calzaba la 9 mm para ir a trabajar.

Los resultados que arrojó la consulta mostraron un claro apoyo a la iniciativa: 14 de 26 opinaron que preferían la nueva casaca (53 %), mientras que 9 personas pertenecientes a la derecha recalcitrante y conserva votaron por volver a usar las rojas/rosas y 3 (anarco-futbolistas) se abstuvieron de elegir a ninguno, opinando que "son todas una bosta".

Lo llamativo fue la ausencia de votos para las otras dos opciones. Es probable que de las remeras amarillas se haya gastado hasta el recuerdo, disolviéndose en la memoria de la parcialidad verde, o que estén asociadas a la prehistoria del equipo (etapa conocida como la de la "vieja Lima"), ya definitivamente sumergida en el pasado. Con respecto a la casaca verdiblanca utilizada hasta el último partido (hace dos meses), está claro que carga con la pesada mochila de ser "piedra", fama que será difícil revertir a esta altura. El miedo a ser rozado siquiera por su nefasto influjo quizás haya sido el motivo por el que nadie se atrevió a hacer click y votarla.

Para el próximo sábado 9, primer aniversario de este blog, está previsto el debut oficial de la nueva indumentaria, en ocasión del primer amistoso de pretemporada. La expectativa por saber si el cambio significa también un giro en la suerte que acompaña al team verdolaga es muy grande. Mientras llega ese momento, especialistas se encuentran abocados a la tarea de llevar a cabo toda clase de experimentos esotéricos para garantizar lo que llaman "un definitivo cambio de leche".

En el campamento limeño se trabaja a full por estas horas

1 comentario:

Javier dijo...

Estoy muy compenetrado con el anarquismo, por eso voté "son todas una bosta"