domingo, 8 de julio de 2007

El sueño terminó


La Lima dejó todo, pero quedó eliminada del Torneo Apertura y le dijo adiós a su sueño de campeón . Había empatado 1 a 1 en el tiempo reglamentario, pero cayó 3 a 2 en la lotería de los penales. ¿El fin de un ciclo?

El equipo que se despidió del Apertura



En la tarde de ayer, el "verde" se jugó las fichas que le quedaban en este Torneo Apertura y fue derrotado, es cierto, pero esta vez supo paliar la falta de fútbol con una dignidad que en varios partidos del certamen le faltó. Había accedido a esta instancia decisiva por méritos en la tabla del fair play, y debía dirimir sus chances con un rival que había ganado 9 de los 12 partidos que había jugado. Lo jugó de igual a igual y, aunque a veces fue superado, a poco estuvo de quedarse con el pasaporte a ocavos de final.

Con demasiadas bajas desde hace ya unos cuantos partidos (esta vez se sumaron a la lista Lean y Patico), La Lima se las ingenió para armar un equipo interesante. Formó con Diego en el arco (la figura limeña), Mauri y Pablo marcando los laterales, Guille de líbero y el Cabo de seis. En el mediocampo paró a dos volantes centrales (Lautaro y Seba, que volvió ayer) y dos por las bandas (Javier G. y el Dibu). En la delantera jugaron Víctor S. (el Sara Bueno fue luego reemplazado por el Poten) y el Primo, quien reapareció sorpresivamente luego de dos meses ante la necesidad de jugadores para este partido crucial.

Si bien en los primeros diez minutos Santo diego jugó con uno menos, poco se notó: a los cinco tuvo la primera cahnce para abrir el marcador, con un disparo que pegó en el travesaño. Minutos más tarde, un remate se fue apenas desviado. La Lima zozobraba y poco podía hacer para llevar peligro al área rival, con llamativas imprecisiones a la hora de salir jugando que generaron no pocos contragolpes.

Pasados los primeros minutos, y habiendo conservado el cero en el propio arco (algo que le viene costando muchísimo), La Lima empezó a animarse a más. La zaga central ganó en confianza (sin dudas, lo mejor junto al arquero) y los nervios se empezaron a adueñar del rival, frente a la rápidez de Guille para dejer en offside a los delanteros y el oficio acostumbrado del Cabo para sacar todo de arriba.

En el mediocampo se corría todo y arriba se esperaba la oportunidad de que la pelota llegara limpia para enfrentar a una zaga que, se notaba, no ofrecía ninguna garantía. Así iba a llegar, a los 19, la apertura del marcador: un pelotazo cae cerca del área de Santo Diego y un defensor intenta jugar con el arquero; el pase quedó corto, anticipó Víctor S. y definió por arriba. Después de tanta sequía (2 goles en la segunda ronda) llegó este golazo, y era el 1 a 0 para La Lima.

Con la ventaja a su favor, el equipo limeño se plantó para esperar la respuesta de Santo Diego y buscar aumentar la diferencia en alguna réplica. De esta manera, casi hace el segundo Víctor S., con un disparo que se fue apenas desviado junto al palo derecho del arquero rival.

Santo Diego buscaba el empate, y la figura de Diego, el arquero limeño, crecía con el paso de los minutos: la más clara del rival fue una pelota que el comodororivadaviense sacó abajo, muy exigido, y mandó al córner. En otra jugada, el arquero tapó dos veces el gol del rival y terminó despejando Guille prácticamente en la línea.


Finalmente, el empate iba a llegar a los 28, cuando un ataque tomó a la defensa mal parada y un delantero quedó mano a mano con el arquero. Diego tapó pero, en el rebote el jugador rival no perdonó y convirtió el 1 a 1.


El empate parecía justo a esta altura, pero ambos necesitaban un poco más para alcanzar el pase a octavos de final. Todo tenía que definirse en los 30 minutos finales, y si no, a los penales.

La demora de 45 minutos con la que se empezó el partido (los jueces no aparecieron en la cancha hasta las dos de la tarde) perjudicó claramente a La Lima, ya que Víctor S. tenía que dejar de jugar, por motivos personales, a las 14.30 hs.. Por este motivo, a los 5´del complemento, tuvo que ingresar en su lugar el Poten, más disminuído que lo habitual por una contractura que lo tiene a maltraer. La Lima perdía a uno de sus hombres más peligrosos.

Al equipo verdolaga se le hacía cuesta arriba: no podía atacar masivamente, los volantes no llegaban, y el Primo quedaba muy solo contra la defensa rival. Santo Diego empezó a meter al equipo limeño en su arco, en gran medida por el impreciso juego del "verde", que perdía la pelota por sus propios errores. La sucesión de faltas no hacían más que facilitar la llegada del balón hasta el arco defendido por Diego, que seguía respondiendo correctamente.

La última línea de La Lima tiraba el offside con precisión, y anulaba de esta manera los ataques de Santo Diego (hasta hubo un gol anulado), que ya le "cascoteaba el rancho" con centros, córners y tiros libres.

La Lima casi no tuvo chances de gol en la segunda etapa, tan solo una escapada del Primo que ingresando al área remató cruzado y su disparo se fue apenas desviado. Muy poco para ganar el partido.

El empate le sentaba mucho mejor al equipo verdolaga, y si un equipo merecía el triunfo era Santo Diego, que, sin tanto fútbol como el que insinúa la campaña que realizó en la primera fase (9 partidos ganados sobre 12), por lo menos había generado peligro.

Cuando prácticamente no quedaba más tiempo, en la última jugada, La Lima casi lo pierde: un córner desde la derecha, un cabezazo en el primer palo y otro en el segundo, que se fue apenas alto. El juez señaló el final del partido, que debía definir un ganador mediante la lotería de los penales, situación que ha traído más tristezas que alegrías a lo largo de la historia limeña.

Los pateadores de La Lima fueron el Poten, Guille, el Primo, Lautaro y el Cabo, en ese orden. Comenzó la serie con el remate del Poten, que quería sacarse la mufa acumulada desde que marrara el último pena que pateó, un año antes. No pudo ser: pateó bajo, sin la suficiente fuerza, a la izquierda del arquero que se tiró para ese costado y contuvo sin problemas.

Santo Diego convirtió su primer penal, muy bien pateado a la derecha de Diego, contra el palo. Inatajable.

Guille devolvió con la misma moneda, con un remate muy similar al del rival.

El segundo penal de Santo Diego fue atajado por el arquero limeño, cerrando una actuación soberbia, y de esta manera la serie quedó empatada.

La esperanza duró poco: en el penal siguiente el Primo remató bien, pero el arquero atajó en dos tiempos.

Santo Diego volvió a ponerse en ventaja al convertir su tercer penal.

Las chances limeñas siguieron vivas luego del penal que convirtió Lautaro, con un disparo alto al palo izquierdo del arquero, imposible de atajar.

Al convertir Santo Diego el cuarto penal, se iban cerrando las posibilidades limeñas: debía convertir el quinto, y esperar a que el rival no lo haga, para continuar la serie.

Toda la responsabilidad quedó en depositada en el Cabo. El defensor, de buen partido, quiso asegurar el penal con un remate que habría perforado la red, de haber entrado al arco. No fue así: el balón se fue alto por el medio del arco, y se terminó el Torneo Apertura para La Lima y el sueño de campeón.

Seguramente será el deseo de los sufridos jugadores limeños que con esa pelota que se fue al cielo se haya ido también, y definitivamente, este ciclo negro en el que no llegó, en ningún momento, a consolidarse como un equipo con chances serias.

Como dijera Alsogaray, "hay que pasar el invierno". Ahora, vienen unas semanas de descanso, un período necesario para recomponer las filas y cargar las pilas otra vez, de cara a la segunda parte del año. El Torneo Clausura está ahí nomás, y, por suerte, el fútbol siempre da revancha.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grande Lima a pesar de todo, dignísimo equipo. Aguante La Lima.