Adivinen: ¿cómo salió?

La Lima cerró la segunda ronda del Torneo Apertura con una nueva derrota, aunque mantiene las chances de clasificarse. Cayó por 2 a 0 frente a Zubeldía, que jugó con uno menos. El arquero rival fue la figura de la cancha.

Como corolario de una campaña pobrísima, el "verde" cayó en la tarde de ayer por novena vez en esta primera fase, y "logró" igualar las peores campañas, al cosechar 3 puntos en una ronda. Sin dudas, el bajón futbolísitico de los últimos meses representa, para los jugadores limeños, un pozo del que parece muy difícil salir, y deja en un segundo plano la posibilidad cierta de clasificar a la siguiente fase. El excelente puntaje en la tabla global de conducta, que ayer se mantuvo al no registrarse ninguna amonestación, podría clasificar al conjunto limeño a los 16º de final, pero deberá esperar hasta el martes, ya que hay un par de equipos que le podrían arrebatar esta chance. De todos modos, La Lima se aseguró, al menos, un partido más en las fases eliminatorias, ya sea por el "torneo posta" o por el de buena conducta.

El partido frente a Zubeldía carecía de motivaciones fuertes, ya que ninguno de los dos equipos jugaba por nada. El equipo rival presentó 10 jugadores, dos menos que La Lima, pero este detalle no supo ser aprovechado por el verdolaga, hasta la segunda parte, en la que el juego se desarrolló casi siempre en el campo zubeldeño. De movida, La Lima apareció como un equipo relajado en exceso, con la única premisa de no pegar de más ni protestar absolutamente nada. En caso de que fuera posible, se intentaría jugar bien al fútbol. Los once que salieron a la cancha fueron: Diego; Javier G., Patico, Mauri y el Cabo; Lean, Lautaro y Guille; el Dibu; Víctor S. y el Poten. En el banco se quedó Pablo, preservando el resto de rostro que le quedó luego de las últimas lesiones.

No habían pasado tres minutos, y La Lima ya perdía 1 a 0, luego de un furibundo zapatazo que se clavó, alto en el arco defendido por Diego. La defensa y el mediocampo, replegados desde el inicio, reaccionaron tarde para intentar controlar los tibios avances de Zubeldía y La Lima arrancaba perdiendo otra vez.

Nada parecía importar demasiado: perder no era una situación atípica, y el resultado no restaba chances de clasificación. La Lima siguió intentando, pero poco lograba: los delanteros eran absorbidos por la defensa, las salidas por los laterales eran imprecisas y los pelotazos cruzados complicaban a la defensa.

Cerca estuvo Zubeldía de aumentar, con un tiro libre frontal que reventó el travesaño (la barrera no estaba bien ubicada) y picó afuera. La Lima también tuvo sus chances: un disparo de Lean, otro de Guille, un cabezazo en el área de Víctor S. (el defensor la sacó al córner con la mano, era penal) y un córner que el Cabo no pudo conectar dentro del área.

Tiro libre para Zubeldía, que finalmente pegó en el travesaño

El primer tiempo terminó con La Lima en desventaja, pero haciendo valer cada vez más su superioridad numérica. El empate le quedaba cada vez mejor al partido.
El complemento iba a arrancar con todo para el equipo limeño, que se paró decididamente en terreno rival y empezó a cascotearle el rancho a Zubeldía. La primera oportunidad la tuvoJavier G., luego de un córner corto jugado entre Víctor S. y el Poten que derivó en un centro al corazón del área. El tenisboy conectó de primera, pero el arquero rival, la figura de la cancha tapó sobre la línea el disparo a quemarropa.
Minutos más tarde iba a llegar el momento clave del partido. Víctor S. picó a buscar un pelotazo largo y fue derribado por el último hombre de Zubeldía, cuando la pelota ya la dominaba el arquero. El juez dudó (la falta fue ingresando al área), pero finalmente marcó el penal. De la ejecución se hizo cargo Patico, quien remató fuerte y levemente cruzado. El arquero se arrojó hacia su derecha y desvió el disparo, ahogando el grito de gol de lo que parecía ser el empate limeño.
Semejante chance desperdiciada pareció sellar la fortuna del verdolaga, que, sin embargo no se dio por vencido y siguió buscando. Lautaro, más incisivo que en la primera etapa, empujaba el juego hacia el área zubeldense. Por los costados, Víctor S. y Guille seguían penetrando la defensa rival. Lean tuvo su chance con un tiro apenas alto, Lautaro cabeceó débil cerca del arco... las oportunidades claras se sucedían, pero el equipo no abrochaba.
Hasta que pasó lo previsible: los goles que se erran en el arco de enfrente, se sufren en el propio. En una de las escasas oportunidades con que contó Zubeldía, en un preciso contragolpe, selló la diferencia final. Como pasa últimamente, a los rivales les alcanza con un par de chances por partido, para terminar imponiéndose al vapuleado equipo limense.
Quedaban menos de diez minutos, y La Lima intentó hasta lo último concretar el harto merecido gol del honor, pero chocó una y otra vez contra el gran arquero de Zubeldía. El Poten volvió a lesionarse, aunque el que salió para que ingrese Pablo fue Víctor S..
Los números indican que el que está terminando es uno de los peores torneos de La Lima, en toda su historia. No obstante, aún cuenta con posibilidades de entrar al selecto grupo de equipos que disputarán las fases finales, gracias a su buena conducta. Habrá que esperar hasta el próximo certamen para ver si lo que le trae satisfacciones es, al menos por una vez, la práctica del fútbol bien jugado.