jueves, 16 de agosto de 2007

Otro mal arranque


Por cuarta vez consecutiva, La Lima arrancó una ronda perdiendo por goleada. Cayó por 4 a 1 frente a Mandarinas, y no mostró ningún signo de recuperación. Preocupante.

En otro flojo comienzo de campeonato, La Lima mostró su lado más amargo y dejó bien en claro que no encuentra la manera de apuntalar con hechos la recuperación que promete ya hace bastante tiempo. Desde la 2º ronda del Clausura 2006 (cuando perdió por 3 a 0 frente a Los Mismos), el equipo verdolaga fue goleado dos veces (7 a 1 y 7 a 0) frente a Dynamo, en el Apertura de este año, y esta vez por 4 a 1, como para perder rápidamente el entusiasmo que genera cada primera fecha. Las falencias acostumbradas, dentro del campo de juego y fuera de él, siguen boicoteando el sueño de gloria de algunos de sus jugadores, ese sueño que, a esta altura, ya se asemeja a febril delirio.
Como se veía venir, volvieron a reiterarse los problemas a la hora de juntar once, algo que motivó la incorporación de un nuevo jugador y la invitación de un ex-limeño. La Lima formó el último sábado con: Diego en el arco; Javier G., Guille (líbero), el Cabo y Pablo, en la línea de fondo; en el mediocampo, un doble cinco con Lautaro y Seba, Guille (nuevo jugador, administrado por Patico) por derecha y el Poten, por izquierda; adelante, Andrés y un reaparecido Martín. Mauri quedó en el banco de suplentes, e ingresó por Pablo en el segundo tiempo.
El planteo verdolaga, desde el comienzo, fue esperar agrupados, en dos líneas de cuatro, para tratar de complicar los avances del joven equipo rival. La ausencia de Patico, Lean y Javier S. fue importante, ya que motivó la presencia en mediocampo de dos "nuevos": el Poten y Guille. Desde el inicio, la pelota estuvo en poder de Mandarinas, que, aunque sin llevar demasiado peligro, tenía la iniciativa y jugaba siempre con velocidad en campo limeño. La Lima aguantó, pero tardó cinco minutos en acercarse al área rival, lo que aproxima una idea de lo que proponía uno y otro equipo. Por la izquierda, el tándem Poten-Pablo comenzaba a sufrir el juego de los rivales, y por ese sector iba a llegar antes de los diez minutos el primer gol. Aunque algunos reclamaron offside, el delantero mandarinense, ganó la posición de Pablo, y sin ser alcanzado por el Poten ingresó en diagonal al área, para definir con potencia al primer palo. 1 a 0, para empezar, nomás.
La Lima, habituada a este tipo de comienzos desfavorables, intentó reaccionar. De a poco, los volantes centrales, comenzaron a recuperar la pelota e intentaron jugar, pero por los costados no estaban ni Guille ni el Dibu. En una de las pocas asociaciones logradas entre Guille (el nuevo, que es delantero) , Martín y Lautaro, iba a llegar el empate transitorio, cuando éste último ingresó al área y sacó un remate bajo que se escurrió entre las piernas del arquero rival. El empate fortuito traía la tranquilidad necesaria para volver a intentar una victoria.
Sin embargo, poco cambió. La pelota siguió en poder de Mandarinas que, a pesar de ciertos desacoples defensivos, no pasaba demasiadas zozobras.
Cuando quedaban tres minutos para finalizar la primera etapa, el juez (de floja labor) sancionó un tiro libre en campo limeño, muy cerca de la línea media. Un jugador de Mandarinas remató alto hacia el corazón del área verde y en dirección al arco. El Cabo no llegó a despejar y Diego reaccionó tarde, lo que provocó que el balón, finalmente, se escurriera entre las manos del guardameta limeño hacia el gol. La Lima, que trabajosamente lograba mantener la igualdad hasta ese momento, volvía a estar abajo en el marcador de manera absurda.
Con toda la bronca, La Lima salió a jugar el complemento con la convicción de que era posible revertir el resultado. Mauri ingresó por Pablo (¿hasta cuándo habrá que esperar que algunos jugadores se ofrezcan a salir?), para ocupar su lugar en la zaga, algo que hizo correctamente.
Ni bien comenzado el complemento, iba a llegar una de las chances más claras para La Lima: el Poten ejecutó un tiro libre desde la izquierda, y Martín cabeceó desviado, luego de ingresar libre por el segundo palo.
Pocos minutos más tarde, luego de una salida defectuosa de La Lima, iba a llegar una pared entre jugadores de Mandarinas que derivaría en una habilitación al delantero. El jugador definió antes de que Diego llegara a cerrar, y concretó el 3 a 1.
Antes de llegar a asimilar el impacto iba a llegar el cuarto gol mandarinense: tiro libre muy cerca del área, sobre la derecha. Diego forma una barrera de cinco hombres, pero se colocó detrás, descuidando su palo, y el remate ingresó a media altura sobre ese parante. 4 a 1, y partido liquidado.
La Lima movió algunas fichas: el Poten se fue arriba, para intentar sumar gente en posición de descontar. Hubo una muy clara, cuando el veterano delantero entró al área y, solo frente al arquero, remató desviado.
A pesar de perder por tres goles y con más gente volcada a la ofensiva, La Lima siguió intentando armar juego desde su propio campo, algo que le cuesta mucho sostener hasta llegar a posición de gol. De hecho, en varias ocasiones se expuso, al perder el balón, al riesgo de sufrir más goles en contra, de no ser por la acertada intervención de Diego en un par de ocasiones.
El partido terminó con un resultado doloroso para los jugadores limeños, que no podían ocultar la bronca, en algunos casos, y la resignación, en otros. Ahora vienen cinco partidos más, y la principal tarea es volver a entusiasmarse un poquito, al menos.

Pura impotencia

1 comentario:

AnTo.- dijo...

Bueno muchachos, que no decaiga, a los Aliados contra Yolanda en la Zona A les fue peor, siempre hay un peor!