A tiempo de cambiar la historia

La Lima juega esta tarde su segundo partido del Torneo Clausura, y va por los primeros tres puntos. Enfrenta a Necochea, uno de los equipos fuertes de la zona J, desde las 14.45 hs.. Inusitada convocatoria.



Con el poco margen que le queda para no perder el tren de la clasificación, el equipo verdolaga intentará revertir la tendencia futbolística insinuada en el primer partido frente a Mandarinas. Es que una nueva derrota podría poner al "verde" al filo de sus posibilidades. Para colmo, enfrente estará un equipo que en el Torneo Apertura logró cómodamente la clasificación a 16º de final gracias a una muy buena cosecha de puntos.



Los reiterados problemas para conformar una plantilla de once jugadores han quedado inesperadamente al margen, al menos por ahora, ya que se ha confirmado la presencia de 15 jugadores para el encuentro de esta tarde: Diego, Patico, Javier G., Javier S. (vuelve de una lesión), Mauri, Pablo, Lean, Guille, Seba, Lautaro, el Dibu, Guille (el refuerzo), Poten, Andrés y un invitado de Javier S.. Además se especula con la presencia de tres autos y una moto, por lo menos, para trasladar al plantel.



Lo que parece haber sido una dura semana luego de la derrota en la primera fecha por 4 a 1 ha dado lugar a espasmos de entusiasmo en varios jugadores que, por fin, han dejado de lado heroicamente otros compromisos para presentarse a jugar, aún con el riesgo cierto de una nueva derrota, dado el nivel futbolístico del equipo en los últimos tiempos. ¿Qué pudo haber cambiado para que lo que hasta hace una semana era un parto (juntar once) haya dejado de serlo? Puede especularse con varios motivos, sin descartar de plano ninguno en particular: la recuperación física de algunos jugadores, el temor de perder el puesto ante la fantasía de la llegada de nuevos refuerzos, el mero aburrimiento, un viernes sin salidas ni borracheras y la consecuente sobriedad, y hasta incluso las ganas de jugar al fútbol en un equipo, como sucedió antes. Sea lo que sea, desde aquí saludamos con renovada esperanza a los ahora entusiastas jugadores limeños, deseándoles toda la suerte para esta tarde y sin olvidarnos de los pobres pelotudos a los que les toque comerse el banco "por el bien del equipo".

Como se dice en estos casos: ¡Aguante La Lija!