Aprobó con nueve puntos

La Lima cerró la primera ronda con otra victoria: venció a Sordito por 3 a 1, y llegó a los 9 puntos, su mejor marca en el último año y medio. Javier G., Guille y el Poten, los goles.

Se trataba, desde el vamos, de un partido accesible. Los números así lo indicaban: el rival había perdido ya los cinco partidos jugados, recibiendo muchos goles y anotando sólo dos a su favor. La Lima necesitaba una victoria que le devolviera la seguridad indispensable para encarar con decisión la segunda ronda.

Los doce que derrotaron a Sordito

Con algunas bajas ostensibles, el equipo verdolaga formó con casi todos los jugadores utilizados en la temporada pasada, aquella en la que tan pobre desempeño tuvo y en la cual enfrentó dos veces a Sordito, perdiendo ambos encuentros. Esta vez faltaron Patico, el Cabo, Pablo, Rodrigo y el Primo. Diego ocupó el arco, Lean jugó de líbero, Lautaro de seis, el Colo marcando la punta derecha y Javier S. la punta izquierda. Más adelante, en el medio, un doble cinco con Javier G. y Seba, y por las bandas el Dibu y Guille. En la delantera, Andrés y el Poten. Víctor S. quedó en el banco de suplentes.

Como un presagio de lo que vendría, La Lima casi gana el partido con el reglamento, cuando corrían los minutos y parecía que el rival, sensatamente, había decidido pasar un sábado más apacible, al amparo de los 10º de temperatura, y no presentarse. Pero la euforia del Poten duró poco: finalmente, los rivales dijeron presente en el predio de Arana y no quedó otra que jugar y tratar de ganar los puntos en la cancha.

El rival limeño, en una foto del año pasado

Cuando el partido estaba recién comenzando, a los 5 minutos de juego, La Lima iba a encontrar el gol de la tranquilidad. Centro al corazón del área, Lautaro bajó la pelota para Javier G., quien la dominó y remató violentamente y alto para vulnerar la Valla "hipoacúsica" y sumar un nuevo gol en su cuenta personal de la temporada. Era el 1 a 0, y algunos se atrevieron a imaginar una goleada.



A los pocos minutos, cuando todavía se estaba festejando el gol, casi llega el empate "sordo", cuando Diego no alcanzó a sujetar el balón con sus cuestionadas extremidades superiores y el Colo despejó agónicamente sobre la línea. Era un llamado de atención: había que hacer más goles para asegurar el resultado.





La merma futbolística del rival era evidente, pero esto no alcanzaba para superarlo totalmente y el juego se hizo impreciso, lejos de los arcos, con pocas chances de gol para uno y otro. En ese contexto, el verde se limitó a cuidar la diferencia a su favor hasta el final de la primera etapa.

Para el complemento estaba prevista la variante más lógica, el ingreso de Víctor S. en lugar del Poten. El delantero "maduro" viene "jugando" seguido sin demostrar demasiados méritos y la endeblez defensiva del equipo "minusválido" era algo digno de ser aprovechado por la potencia del Sarachu Aún Jugador. Pero sucedió lo imprevisto, algo que iba a terminar por influir en el resultado: Víctor S. se había olvidado el DNI y tuvo que ir a buscarlo, demorando la variante hasta bien avanzado el segundo tiempo. De esta manera, el Poten quedó en la cancha, feliz por la mala memoria de su compañero.

En los primeros minutos de la parte final, iba a llegar la segunda conquista limeña. Córner desde la punta izquierda, que ejecutó, como en los viejos tiempos, el Poten. El envío llegó cerrado al área chica de Sordito y cayó sobrando al arquero. Muy cerca de la línea de gol estaba parado Guille, que sólo tuvo que meter la cabeza para poner el 2 a 0 tranquilizador.

El partido parecía encaminarse inexorablemente hacia una nueva victoria del verdolaga. Dos goles arriba, parecía una diferencia insalvable, sobre todo por la muy buena tarea defensiva del albiverde, que impedía la llegada clara de Sordito a situaciones de gol.

Pero, sorpresivamente, a quince del final, una jugada fortuita iba a traer el descuento para el equipo de la sordera. Lean anticipa a un rival, pero el balón le queda al adversario quien, sin otro argumento futbolístico, agarra y le pega al arco. La pelota hace una extraña parábola, cayendo detrás de Diego, que vuela, y rebotando contra el travesaño. Manso, el esférico da en la joroba de un Diego aún en vuelo y se mete al arco, señalando el descuento del peor equipo de la zona E y el primer gol en contra de un jugador limeño en este torneo.

En congruencia con el clima reinante en la tarde del sábado, un frío polar abrazó a todos y cada uno de los sorprendidos jugadores limeños. El fantasma de la amargura, presente siete días antes en ocasión del partido frente a Caballos, amagó con retornar, y justo frente a un rival muy pequeño.

Pasados algunos minutos de nerviosismo, La Lima volvió a adueñarse del partido, mientras los rivales se preocupaban en exceso por protestarle al árbitro (de correcta labor), algo que se ha vuelto una mala costumbre entre varios jugadores que participan del torneo.

Cuando el encuentro entraba en la recta final y todavía podía pasar lo peor, llegaría el gol que pusiera cifras definitivas a la contienda. Mientras Andrés se quedaba discutiendo con un rival que se quejaba de un supuesto golpe, La Lima salió rápidamente en contragolpe, con Seba que picaba por la punta derecha. Al llegar a la línea del área, el jugador más viejo del verdolaga tiró un centro preciso hacia la posición del Poten, que pisaba la medialuna. El segundo jugador más viejo del verdolaga, que minutos antes había marrado un gol en una situación muy parecida, tomó la pelota como venía, en una media volea de derecha, y la clavó junto al poste derecho del arquero, desatando el grito de desahogo limeño y sacándose de encima una racha bastante pobre en lo personal.

Con el 3 a 1, Sordito no atinó a mucho más y La Lima pudo, finalmente, quedarse con tres unidades que redondean un puntaje total de 9 puntos, algo más que positivo si se compara con el desempeño de los últimos 18 meses. Ahora, se viene la segunda ronda, y será la última chance para reafirmar la levantada limeña y coronarla con la clasificación a 32º de final.