jueves, 24 de julio de 2008

Le pasaron el trapo

La Lima volvió a tener un partido para el olvido y fue derrotada por 4 a 1, a manos de un 11 Leoni muy superior. Gruesos errores sellaron su suerte.

Luego del épico triunfo de una semana atrás, la suerte, esquiva en la primera fecha, parecía darse vuelta para el verdolaga. La posibilidad de alcanzar la punta y no perder el tren del grupo E se presentó el pasado sábado, pero nuevamente el conjunto limeño fracasó con contundencia y recibió una paliza futbolística contra el puntero que, hay que decirlo, jugó mucho mejor.



La euforia desatada tras la victoria agónica frente al mediocre equipo de Los Tintos provocó un alistamiento más que suficiente para ir por más en esta tercera fecha. Quince jugadores se prendieron en la novedosa propuesta de ganar por segunda vez consecutiva, aunque a último momento ni Guille ni Lautaro pudieron presentarse.



De los trece que finalmente concurrieron al predio de Arana, Andrés y Mauri esperaron su turno para ingresar en el segundo tiempo; en consecuencia, La Lima arrancó con Diego, Lean, Javier S., Javier G., y el Colo; en el medio el Dibu, Seba, el Primo y Víctor; y en la delantera el Vaca y el Poten.



Sacando rápidamente provecho de un promedio de edad muy inferior al del plantel limense, 11 Leoni se hizo dueño del balón y empezó a marcar el ritmo del encuentro. Vértigo y pierna fuerte en cada jugada fueron las dos características principales de los primeros minutos. Además, el manejo de la pelota era preciso, por lo que las jugadas de peligro no tardarían en llegar.



Cuando iban no más de 5 minutos, un volante felino lanzado al ataque y volcado sobre la derecha remató al arco de media distancia. Diego, parado sobre su palo izquierdo, pareció controlar la situación pero la pelota se le escabulló de entre las manos y entró al arco. El temprano 0-1 significó mucho más en lo anímico que en lo meramente futbolístico: La Lima arrancaba otra vez un partido entregándole la ventaja en el marcador al rival.


Hubo mucha pierna fuerte

Pronto se dieron cuenta los jugadores limeños de lo difícil que sería revertir el resultado: los albirrojos llegaban a cada pelota en trío, frente a algún limense siempre en desventaja numérica. Encima, tocaban a velocidad y buscaban el arco. La Lima, de la mano del Primo, intentaba generar fútbol, pero todo quedaba en impotentes intentonas que jamás llegaban a inquietar al arquero gordo rival.

Cuando aún le buscaba la vuelta al sendero más corto hacia el empate, La Lima recibió un segundo mazazo. En una buena jugada colectiva, coronada con un fuerte remate al arco, Diego alcanzó a desviar el disparo, pero dejó el rebote corto para que otro delantero, solo, empujara el esférico al fondo de las mallas, mucho antes que el guardameta limeño alcance a levantarse para impedirlo.

Si el 1 a 0 presagiaba lo peor, el segundo gol lo confirmaba. Minutos más tarde, iba a llegar la tercera conquista, la sentencia final. El juez (el polémico Vandarenko, o algo así, aquél que cada vez que dirige a La Lima le expulsa a alguien, como en el partido contra Los Mismos y Côte d Ivoire, el año pasado) sancionó un tiro libre sobre el sector izquierdo del ataque leonino. Desde allí partió un remate que buscó por lo alto el primer palo de Diego, mientras todos esperaban un centro. El arquero limense recibió el balón sin sujetarlo ni puñetearlo: quiso empujarlo por sobre el travesaño, pero la pelota rebotó en el horizontal, bajó a centímetros de la línea de gol para luego ingresar al arco, tras un toque de alguno que entraba por ahí. Era 3 a 0, y partido cerrado.


Insoportables como pocos, los rivales se peleaban entre ellos como si el 3 a 0 a su favor fuera sólo una alucinación de los pobres jugadores limeños y como si estuvieran por irse al descenso. Encima, consideraban obligatorio, a esa altura del partido, patear al arco limeño desde cualquier coordenada del campo de juego. Como contrapartida, La Lima ofrecía poco y nada.

Para la segunda parte, conciente de que el resultado era irremontable pero buscando mejorar algo su juego, el verdolaga hizo las dos variantes disponibles: Mauri y Andrés entraron por Lean y el Poten.

Los primeros minutos del complemento parecieron mostrar lo mejor de La Lima en todo el partido, cuando 11 Leoni cedió un poco el control del juego y sacó un pie del acelerador. Eso sí: como para asustar un poquito, el puntero ya había rematado el arco cuando los jugadores limeños no habían dado todavía sus primeros cuatro pasos del segundo tiempo.

Víctor pasó a jugar un poco más adelantado y, junto al Primo, se hicieron cargo de su responsabilidad como únicos-jugadores-limeños-capaces-de-inquietar-a-la-defensa-de-un-equipo-que-ya-gana-3-a-0.

Así, en una buena combinación, Víctor cedió la pelota al Primo, que enfrentó al arquero gordo leonés y con notable frialdad definió suave, poniendo el 1-3. Había tiempo todavía, pero para hacer realidad una victoria había, primero, que hacer realidad tres goles más y evitar, paralelamente, que 11 Leoni haga realidad una o más conquistas.
El Primo acaba de descontar
La Lima fue, entonces, por más. Y cerca estuvo de ponerse a un gol en el marcador, cuando tuvo a su favor un tiro libre muy cerca del área. La ejecución malograda del remate, trajo aparejada una réplica veloz del equipo joven, que culminó con un centro al área grande verdolaga. Diego, lejos del balón, lo pidió; el Colo, en la frontera del área, intentó el rechazo de cabeza, pero quedó corto, y servido para que otro jugador rey de la selva dispare por elevación y selle la goleada.


El polémico juez mira al "Vaca"

Cuando poca ventaja significaba, el juez volvió a sobreactuar su autoridad y marcó a 11 Leoni como el equipo de peor conducta del torneo, hasta la fecha: expulsó a un rival (un defensor de apellido Pomo), por aplaudir sus fallos. El "hombre" de más fue un estímulo breve para La Lima: un par de minutos más tarde, tras una fuerte entrada a destiempo, Víctor vio el cartón rojo (directo) y volvió a emparejar a verdiblancos y albirrojos. Seba se llevó una amarilla más (quedó con dos), luego de "premiar" vehementemente a un volante felino que ensayó un innecesario caño.

El partido se fue y el peor saldo es el futbolístico: La Lima no jugó a nada. Por si fuera poco, perdió ya seis puntos en la pelea por la zona, sigue sumando tarjetas y no podrá contar con Víctor (le dieron una fecha), una de sus pocas cartas de gol, para el partido del próximo sábado. Habrá que ver, por enésima vez, cómo se las ingenia para resucitar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Crónica despiadada para un partido terrible. Nunca es triste la verdad... Al que madruga Dios lo ayuda... En casa de herrero... Mi corazón me dice otra cosa. Saludos

Colo

Anónimo dijo...

PD: Sí al shock redistributivo de talento. En ese campo, soy un pobre estructural. Me conformo con hacer el escorpión como Lean

Colo

Unknown dijo...

Gran cronica, mucho ejercicio de memoria. Vamo la lija en este sabado!

Anónimo dijo...

Muy buena la cronica, mi patada era apenas amarilla, una injusticia!!
Victor

Anónimo dijo...

vamos, que La Lima se parece mucho al ave félix: siempre parece que va a resucitar... pero no.