lunes, 15 de septiembre de 2008

Al final, hubo un premio al compromiso

La Lima rescató un punto muy valioso frente El Taladro, en levantada heroica: empató 2 a 2 con dos goles en el descuento y obtuvo una merecida recompensa al enorme esfuerzo de los que estuvieron presentes a pesar de todo. Víctor y Gufy, los goles para un invicto que ya lleva tres fechas.


Fue una semana complicadísima. Con la seria chance de entrar al "torneo posta" merced a su buena conducta, La Lima vio peligrar todo proyecto de clasificación debido a las numerosas bajas en el plantel. Muchos jugadores con importantes lesiones y otros de viaje, redujeron la cantidad de gente disponible para este compromiso que a más de uno metió miedo. La Lima se enfrentaba nuevamente a El Taladro, aquél equipo que le propinó la peor goleada de este 2008, hace tan solo un mes y medio, y su presentación corrió serio riesgo: 48 horas antes solo habían confirmado un puñado de jugadores.


Con un orgullo y un compromiso digno de destacar, quienes sí querían jugar encabezaron febriles gestiones para lograr presentar once jugadores, dentro de la ley, y evitar reincidir en la mancha más oscura que tiene la historia limeña: no presentarse a jugar (sólo ocurrió el 21 de octubre de 2005). Para eso hubo que presionar a los lesionados para que cumplan con su último deber: aportar un certificado médico con el diagnóstico de sus lesiones, para ser reemplazados en la lista de buena fe por gente con ganas de jugar al fútbol y defender los colores limeños. De esta manera, Rodrigo, Lautaro y el Poten quedaron desafectados del plantel, y sus lugares fueron ocupados por Juanchi Correa, Vaca y Gufy. Como libres, además, se sumaron el Tata (amigo de Víctor) y el Gallego (hermano de Mauri).


No la tenía nada fácil el verde. Pero armó un esquema con los jugadores que tenía, a saber: Diego, en el arco; Juanchi de líbero y Mauri de seis, mientras Andrés, en inédita ubicación, marcó por la izquierda de la defensa y el Colo por la derecha; en el medio, el Primo se paró de cinco, a su derecha jugó el Tata y por la izquierda Víctor; el Gallego jugó delante de la línea media y arriba, Vaca y Gufy.



Muchas caras nuevas. Arriba: Primo, el Colo, Andrés, Tata, Diego y el Gallego.

Abajo: Juanchi, Mauri, Vaca, Víctor y Gufi

Al minuto de comenzado el partido, iba producirse la primera llegada de El Taladro, por izquierda, con un remate cruzado de un delantero que ingresaba al área. Andrés despejó al córner sobre la línea, y casi castra a Diego con los tapones de su botín en esa jugada.


Había mucho viento en contra para el verdolaga, y se le hacía muy difícil la salida. El Taladro, a su vez, generaba réplicas muy veloces, con pelotazos que se hacían largos por demás o encontraban a los delanteros en posición adelantada.

La Lima apostaba a aguantar y obstaculizar el juego taladril, para esperar alguna estocada de sus dos jugadores más desequilibrantes, Víctor y el Primo. Atrás, Juanchi comandaba la última línea, con el Colo y Andrés trabajando a destajo frente a los puntas rivales, y Mauri marcando al goleador del campeonato.

A los 8 minutos, iba a llegar la apertura del marcador tras un tiro de esquina desde la punta izquierda del ataque sureño. El centro vino muy fuerte y la pelota viboreó en el aire; Diego erró un puñetazo al balón, que terminó impactando en la cara de un Tata que forcejeba con el goleador del torneo. Tras el rebote la pelota se metió en el arco, y era el 1 a 0 en contra, que el pichichi del certamen festejó como conquista propia.


La Lima perdía, y no sorprendía. Se sabía en la previa que el partido era difícil, y un gol se podía recibir tarde o temprano. Se trataba entonces de capear el vendaval, aguantar la primera etapa sin que la diferencia aumentara, sabiendo que en el complemento el viento a favor podía colaborar en los avances limeños y facilitar al empate.

A La Lima le costaba mucho llegar con riesgo al área rival. A los 11 minutos, Mauri la agarró bien lejos del arco y le pegó igual, muy desviado. A los 20, el verdolaga tuvo un córner a favor que no prosperó. Intentos insuficientes ante un rival que manejaba el juego.


Las réplicas eran peligrosas, sobre todo cuando el achique no lograba dejar en offside a los peligrosos delanteros banfileños. A los 24, un desborde de El Indio por el sector custodiado por el Colo, terminó en una definición al primer palo apenas desviada por el salvaje.

Sobre el final del primer tiempo, ambos equipos tuvieron un tiro libre a favor cada uno, pero la fuerza del viento complicaba las pelotas paradas y la cosa no pasó a mayores.

El primer segmento terminó 1 a 0, y el resultado era negocio y dejaba a La Lima con vida: un gol de diferencia que se podía revertir si la chance que se presentara era aprovechada.




Comienza el segundo tiempo


El complemento, que invirtió los favores de Eolo, no mostró nada hasta pasados los primeros diez minutos. El viento le complicaba las cosas al plantel flúo y La Lima se concentraba en la marca, sin lograr enhebrar jugadas de serio riesgo en busca del empate.

En un duelo de toda la tarde, Víctor y el 13 de El Taladro se dan masa,

ante la atenta mirada del Gordo de Negro

A los 12 minutos, pasando mitad de cancha, Andrés anticipó a un jugador fosforescente de modo lícito, pero el juez cobró jugada peligrosa y sancionó tiro libre indirecto. El centro desde la derecha cayó en el corazón del área y la pelota se frenó; Juanchi tenía tomado al goleador del campeonato, quien, sin embargo y de espaldas al arco, la levantó y se la metió de emboquillada a Diego, que había dado dos pasos adelante.




El goleador: le debe la tercera parte de sus goles a La Lima


Era el 2 a 0, quedaban poco más de quince minutos, y no parecía que hubiera mayores posibilidades de que La Lima rescate algún punto. Algunos intentos permitían pensar en la chance del descuento, como por ejemplo un remate de Vaca, a los 17, que pasó cerca del travesaño. A los 18, Diego se quedó con lo que pudo ser el tercero taladrense y la llave a la goleada, atajando abajo un fuerte remate.

Cuando se empezaban a jugar los últimos diez minutos (sin el adicional) La Lima tuvo una clarísima, tras un tiro libre de Víctor que en el segundo palo Gufy alcanzó a bajar y el Gallego, sólo a un metro del arco y anticipándose a Mauri, cabeceó por arriba del travesaño.

La Lima no tenía la pelota, pero avisaba, como en otra chance clara para el descuento que tuvo el Gallego: metió un caño, volcado sobre la izquierda, se pefiló y le pegó de derecha al segundo palo, pero el arquero controló, a pesar del grito anticipado de gol del Poten (al costado de la cancha).

Sobre el final, a los 28, un jugador de El Taladro, con bastante mala leche, empujó a Víctor, que cubría el balón, y lo hizo chocar contra Diego. Ambos jugadores verdolagas quedaron tendidos, luego del duro golpe, y la reacción del delantero limeño (que lo insultó con razón) le ocasionó una amonestación por parte del patético juez del partido (uno más y van...), que le explicó, canchero como la mayoría de esa manga de frustrados de negro, que "fue un empujoncito, esto es fútbol muchachos" y no le sacó tarjeta amarilla al desleal jugador rival. Por si fuera poco, ni una sola vez apercibió a los jugadores de El Taladro por patear varias veces la pelota, con el juego invalidado.

Diego y Víctor desparramados ante la indolente mirada del vigilante

Tras los reclamos de los jugadores limeños, y con el parate originado por el choque de los dos jugadores del verde, el árbitro adicionó 5 minutos, sin sospechar que esa decisión sería vital para el resultado definitivo del encuentro.

Cuando se jugaban ya dos minutos de descuento, el Vaca pelea contra tres rivales una pelota sobre la línea lateral derecha, y sale airoso con un caño antológico. El delantero limeño encara al área en diagonal y tira un buscapié hacia el punto de penal, donde el Gallego recibe con la marca encima, gira y alarga para Víctor que ingresaba por izquierda. El goleador limeño, muy cerca del arco define bajo y pone el descuento.

A pesar del envión que significaba, nadie sospechaba que La Lima iba a tener alguna chance más; se esperaba que tras el saque del medio, El Taladro manejara el balón en los últimos minutos de descuento. Hasta que sucedió lo increíble: Gufy, que casi no había tenido contacto con la pelota, recibió en tres cuartos, sobre la izquierda, con dos hombres marcándolo. Se terminaba el partido, y desde el fondo llegaban los gritos de sus compañeros, instándolo a que patee al arco. Desde fuera del área, y antes de perder el balón a instancias de los rivales, el nuevo delantero imeño pateó un zurdazo violento que bajó justo para meterse por el ángulo del segundo palo. Golazo y apoteosis total de La Lima entera, que corrió a festejar casi hasta la cancha 3, previo saltito del banderín del córner.

Apenas hubo tiempo para que El Taladro ensayara la hazaña de meter su tercer gol desde el punto del medio, con un saque que buscó el arco y Diego acompañó con la mirada, elevándo cuanto testículo verdolaga se hallara presente a las alturas de la garganta.

Y fue final. Y fue festejo. Como si se hubiera ganado y con la alegría de ya haber pasado tres partidos sin perder, aún en condiciones institucionales lamentables. Con el único argumento del compromiso y el amor por los colores.

4 comentarios:

Unknown dijo...

lima, rectificaste tus errores a tiempo!!!
pd: hay que organizar un pogrom contra los gordos de negro

Anónimo dijo...

Excelente crónica, Poten. "terminó en una definición al primer palo apenas desviada por el salvaje" Sublime. "Con un saque que buscó el arco y Diego acompañó con la mirada, elevándo cuanto testículo verdolaga se hallara presente a las alturas de la garganta" Genial. El sábado, a ganar!!!

Colo

Anónimo dijo...

olvidé remarcar la originalidad del título de la nota anterior:"duelo de herramientas"... muy bueno

Anónimo dijo...

QUÉ JUGADOR HA SIDO COLABORADOR DE LA LIMA.LAS JUGADAS DEL GALLEGO LO MUESTRAN COMO UN CRACK. TAMBIÉN LA JUGADA DE MAURI EN EL MEDIO CAMPO LO PINTA DE CUERPO ENTERO...QUÉ ORGULLOSA MADRE SOY
LA MADRE DEL GALLEGO Y DE MAURI