domingo, 30 de marzo de 2008

Casi se lleva todo


La Lima sigue sin perder. Ayer le jugó de igual a igual a Drink Team, que venía puntero y con puntaje ideal, y empató 0 a 0. Sobre el final tuvo los tres puntos al alcance de la mano, con un penal que desvió Rodrigo. Perdió la oportunidad de acercarse a la punta, pero sigue con chances de clasificar.




En el que parece ser su mejor momento en los últimos años, La Lima volvió a demostrar que esta vez está para dar pelea. Si algo puede decirse de este equipo es que ha encontrado la solidez necesaria para plantarse frente a cualquier rival, sea el peor de la zona o el puntero. Y eso ha quedado nuevamente demostrado en el partido de ayer, cuando volvió a cerrar el arco (por segunda vez consecutiva, todo un hito) frente a un rival que venía de hacer nueve goles en tres partidos y marchaba puntero con puntaje ideal. En una temporada que recién comienza, con dos torneos por delante, perder la costumbre de perder cada siete días puede ser la base para empezar a soñar a lo grande.


Y quizás sea ese sueño que empieza a tomar forma lo que moviliza con mayor fuerza a un plantel que ya no pone excusas para ausentarse. Como viene sucediendo cada vez con más frecuencia, la convocatoria para el partido jugado ayer fue casi ideal: 16 jugadores, sin invitados, se hicieron presentes en el predio de Arana, y sólo Seba (razones laborales) y Pablo (lesionado, digamos sin atender a otras versiones) quedaron fuera. Por si fuera poco, la de ayer fue también "jornada récord" en materia de medios de transporte.


Con múltiples posibilidades para formar el equipo, el verdolaga saltó a la cancha con Diego en el arco, Patico de líbero, el Cabo de seis, el Colo de cuatro y Javier G. de tres; en el medio, Lautaro, el Primo, el Dibu y Rodrigo; arriba, el Poten y Andrés. Esperando para ingresar, quedaron Mauri, Javier S., Lean, Víctor S. y Guille.


En el comienzo, La Lima tuvo dificultades para tomar la iniciativa y se replegó para esperar al rival y salir lo más rápido posible. Drink Team jugaba mucho por izquierda y metía a la defensa limeña cerca de su propio arco. La pelea en el medio era pareja, aunque las mayores dificultades las generó el juez del partido, con fallos discutibles y, sobre todo, un vedettismo importante e irritante, no falto de escenas de histeria seguramente muy graciosas para quien viera el partido desde afuera.


De a poco, el verdiblanco se fue animando a más, luego de capear el temporal de los primeros minutos. El juego se volvió más dinámico, pero las chances para uno y otro equipo comenzaron a escasear. Drink Team, a pesar de contar con jugadores de buen manejo y defensores de gran altura, empezó a mostrar algunos desacoples en la última línea que sumaron nerviosismo y reproches en el conjunto "etílico".


Una situación clara, que pudo terminar en gol limeño, se produjo cuando Rodrigo recibió del Poten y quiso encarar al área, pero fue derribado por un defensor drinktimense. El juez (a esta altura mucho más preocupado por encontrar la situación propicia para callar a Lautaro de un tarjetazo) dejó seguir, generando el reclamo de medio equipo verdolaga, y la consiguiente amonestación para Rodrigo.


Promediando la primera etapa, luego de una pelota parada frontal, el Poten anticipó a su marca dentro del área y "peinó" el balón. Por el palo izquierdo apareció Lautaro y definió, pero el árbitro, a instancias del lineman, anuló la jugada. A esta altura, La Lima ya había ganado confianza y la ventaja a su favor parecía cerca.


En la última chance que tuvo el verdolaga en la primera mitad, el Poten recibió luego de una excelente habilitación del Primo y encaró, solo y de frente, hacia el arco. Pisando el área, con el arco abierto, el veterano remató pero muy mal, hacia el cuerpo del arquero, que dio rebote. La pelota le volvió a quedar al Poten, que no está atravesando su mejor momento, pero el guardameta volvió a atorarlo y le ahogó el grito de gol. El primer tiempo terminó, y la sensación era que en esa jugada La Lima podía haberse llevado al "vestuario" una ventaja en el marcador.


Para el complemento, el albiverde hizo cuatro de los cinco cambios que tenía previstos: salvo Javier S., el resto de los suplentes ingresó por el Poten, Lautaro, el Colo y el Cabo.


Comenzada la parte final, Drink Team salió decidido a buscar el partido y empezó a meter a La Lima en su terreno. Una muy buena tarea de la defensa, que demostró que soporta los cambios sobre la marcha, hizo posible que la situación quedara bajo control.


La Lima intentaba la réplica, pero le costaba llegar con profundidad. Las más claras fueron generadas por pelotas paradas, con la cada vez más peligrosa presencia de Javier G. en el área rival.


Promediando el complemento, Javier S. ingresó por Andrés, y el cambio adelantó a Rodrigo, que pasó a acompañar a Víctor S. adelante. Las chances parecieron equilibrarse, pero los minutos corrían y el empate cada vez le quedaba mejor al partido: con la igualdad La Lima conservaba el invicto y Drink Team quedaba más cerca de la clasificación.


Cuando el partido se iba llegaría una jugada que pudo torcer la historia. En notable habilitación, el Primo entregó la pelota a Víctor S. que picaba por la derecha. El pase quedó largo pero la potencia del Sarachu Bueno resolvió la cuestión: ganó la posición a su marca, pisó el área y fue derribado. Penal claro y la chance de llevarse los tres puntos en el último minuto.


La ejecución de la pena máxima estuvo a cargo de Rodrigo, que cruzó el remate de derecha al palo derecho del arquero, que apenas atinó a mirar parado. El disparo, suave, se fue muy cerca del parante y La Lima perdió una oportunidad inmejorable. Quedaba tiempo para algo más, pero ya nada evitó el empate en cero.


El resultado terminó teniendo un sabor agridulce, porque lo que parecía un muy buen resultado frente al que viene siendo el mejor de la zona pudo haber sido una victoria importantísima, que dejara al verdolaga en las puertas de la clasificación. Más allá de eso, el punto deja en carrera a La Lima, que deberá jugarse todas sus chances entre el miércoles y el sábado próximo. Una cosa queda clara: este equipo se ganó el derecho a ilusionarse.




A pesar de la mala calidad, la imagen vale como documento: el remate de Rodrigo se va desviado mientras el arquero observa muy interesado lo que sucede. Fue el penal que pudo cambiar la historia.


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