Fue una banda

La Lima jugó mal y perdió el último amistoso de pretemporada. Cayó 4 a 1 frente a La Banda, a siete días del inicio del torneo. Goofy fue otra vez el goleador limeño.

La victoria de la semana anterior (1 a 0 frente al difícil Caballos) devolvió el entusiasmo al plantel verdolaga para este último ensayo futbolístico de cara al comienzo del certamen. Catorce jugadores se hicieron presentes en el predio de Arana para medir fuerzas con La Banda y seguir ajustando el funcionamiento del equipo. Con la confirmación del fixture de la primera fecha, el verdolaga sabe que en la primera fecha no quedará libre (enfrentará a Azul), por lo que los plazos se acortan.

Uno de los rasgos salientes de la convocatoria para este partido fue el retorno de Diego al arco limeño, en lugar del otro Diego, invitado en la fecha anterior y de meritorio debut en la institución albiverde. Para este partido, el jugador vovió a ser invitado pero en esta oportunidad para ocupar un puesto en la defensa, y le cupo al arquero titular limeño la responsabilidad de conservar el invicto del encuentro anterior.

La otra novedad destacada de la jornada fue la presencia del Colo, quien retornaba a la práctica del más hermoso de los deportes tras una reciente intervención quirúrgica en los órganos de la visión. El equipo se completó con Lean, Patico, Javier S., Javier G., Mauri, el Primo, Víctor, Dibu, Andrés, Goofy y el Poten. Nuevamente, la licencia reglamentaria habitual permitió la realización de numerosos cambios para rotar la formación.

Arrancó bien La Lima, en el que se presentó a priori como un partido de ida y vuelta. Cierto desorden en la estructura defensiva del rival permitía a los aún frescos jugadores verdolagas filtrar las líneas y acercarse al área bandista. En los primeros minutos un par de situaciones muy claras pudieron significar la apertura del marcador a favor de La Lima, pero no prosperaron: Víctor, sólo con el arquero, definió mal, y el Poten, aprovechó un quedo defensivo pero su disparo, desde inmejorable posición, fue desviado por el guardameta banderín.

Como dice el dicho, los goles que no se hacen en el arco de enfrente, se reciben en el propio. Y así fue: un centro desde la derecha, una duda de Diego para salir a cortar y un delantero que le gana de arriba a Mauri para cabecear al arco fue la secuencia que derivó en el primer gol de La Banda.

Otra vez, a remontar un resultado. El Poten iba a tener un par de chances, la primera tras un remate del Goofy que quedó en el área chica y no alcanzó a conectar, y la segunda, tras un gran cambio de frente de Víctor, que los desleales defensores rivales reclamaron como posición adelantada (en la televisión se pudo apreciar claramente que no hubo off side). Las situaciones marradas, las imprecisiones, la falta de ideas, fueron sumiendo al equipo en el nerviosismo, mucho más agudo aún cuando a minutos del final de la primera parte La Banda marcara el segundo tanto, tras una insuficiente reacción de la defensa y el arquero limeños.

En una de las últimas jugadas del primer tiempo, iba a sobrevenir el gol del descuento limeño. Javier G., llegando como impensado wing derecho, llegó hasta la línea de fondo y casi desde el banderín del córner (algunos pedían saque de meta) sacó un centro que cruzó todo el arco bandil. Por el segundo palo, el Goofy, confirmando que es un animal del gol con el olfato intacto, elevó su abundante humanidad hacia atrás y clavó un cabezazo que el arquero no llegó a despejar.

Con el 1-2, La Lima se fue al descanso pensando en que el empate era posible. Pero para eso, hacía falta levantar el rendimiento y generar fútbol de mitad de cancha para adelante. La Banda, lejos de intentar conservar la diferencia, salió a buscar el gol de la tranquilidad y metió a La Lima en su propio campo.

El complemento fue prácticamente de La Banda. La Lima resignó protagonismo, y se limitó a intentar abortar el tercer gol del rival. El plan funcionaba bastante bien hasta que promediando la segunda etapa, un volante escaló posiciones sobre la línea lateral derecha y al llegar a la altura del área sacó un potente disparo que se clavó en el ángulo superior del primer palo. Golazo, y 3 a 1.

Cuesta bastante encontrar alguna situación clara a favor del conjunto limeño, antes del cuarto gol del rival, que iba a llegar tras un avance por izquierda y un centro que cayó en el área; el Colo intentó despejar, pero con un golpe de cabeza venció su propia valla, por tercera vez en sus últimos dos partidos jugados.

La diferencia ya era amplia, no sólo en el juego, sino también en el marcador. La Lima pudo descontar con un remate potente del Goofy, tras una gran apilada en diagonal, que reventó el parante izquierdo del arco rival. Pero ni siquiera ese premio tuvo. El telón del partido cayó, dejando la amarga sensación de que los propios errores se pagaron demasiado caro.

Ya no queda tiempo para más ensayos. La próxima será por los porotos, en la primera fecha del Torneo Apertura, y La Lima deberá revertir con fútbol y entrega lo que la suerte y la irregularidad le vienen negando. Esa será la única fórmula.