lunes, 11 de agosto de 2008

Como vómito de Dios

La Lima exhibió sus pobres argumentos y cayó 4 a 2 frente a Vecchia. Fue la tercera goleada en contra en los seis partidos de la primera ronda. Falló adelante y atrás, y no hay rival que se lo perdone.

Los designios del fixture ya habían sentenciado un partido al menos complicado, cuando se programó este cotejo por la sexta fecha para ser jugado en la cancha 10, una porción maléfica del predio La Selección que le tiene reservada al team santolagunero la peor de las suertes. Allí, La Lima llegaba a la docena de partidos jugados en casi cuatro años, sin haber ganado nunca y perdiendo la gran mayoría, y buscaba casi obsesivamente festejar por primera vez en la esquina de 600 y 150.

Con semejante espada de Damocles encima, La Lima movió cielo y tierra para llegar a los once reglamentarios, habida cuenta de la gran cantidad de ausencias por lesiones y compromisos diversos. Con un invitado debutante (el Gato, defensor zurdo, amigo de Lean), y dos jugadores disminuídos por lesiones, el verde armó como pudo un esquema tendiente a repetir lo de siete días atrás: un equipo un poco sólido que haga un gol y sepa aguantarlo.

En la previa, en el Bimbo, el Colo se había aventurado a anunciar que a Vecchia le iba costar ganarle a La Lima ("... hoy, a estos de Vecchia, le romp... el ort...", puede verse que dice el defensor en el video), tras citar aquel pasaje del Apocalipsis que sentencia que "a los tibios los vomita Dios". Sin duda, el envión anímico de la victoria frente a Interdam seguía vigente, más aún si se tenía en cuenta que el rival de esta última fecha (La Lima quedará libre en la séptima) sumaba un punto menos que el verdolaga.

Y esa tibieza a la que aludió el zaguero limeño comenzaba a manifestarse un ratito más tarde, ya en el predio. Con todo listo para el inicio de las acciones, los jugadores de Vecchia le avisaron al juez que los dos que les faltaban estaban en camino. El árbitro, haciéndoles una gran gauchada, estiró hasta donde pudo la cosa, explicando cuestiones reglamentarias a los jugadores limeños, que querían empezar cuanto antes, a pesar del "fantasma de la superioridad numérica".

Los once limenses se pararon así: Diego, en el arco; Lean de líbero, Mauri de segundo central, el Colo de cuatro y el Gato de tres; en el mediocampo, Guille, de volante central, el Dibu por derecha y Andrés por izquierda; Víctor, a veces de cinco y a veces de enganche, y arriba, el Vaca y el Poten.



Arriba, de derecha a izquierda: el Gato, el Vaca, Andrés, el Colo, Víctor y Diego.
Abajo: Lean, el Dibu, Guille, el Poten y Mauri



El juez, finalmente, dio inicio al partido, y en el comienzo La Lima fue un poco más que su rival. Para ser más precisos, dos jugadores más. La cosa parecía encaminarse: un par de llegadas, sobre todo por la derecha, llevaron riesgo al arco italiano, y pusieron una luz de alerta en la zona defensiva del rival, que no tiraba el offside y dejaba huecos para las subidas de los volantes verdolagas.


Antes de la mitad del primer tiempo, los dos rivales que faltaban llegaron y ambos equipos quedaron once contra once. En el primer ataque con 11 jugadores, Vecchia obtuvo un tiro libre sobre tres cuartos, a la izquierda de su ataque. Desde allí partió un disparo al corazón del área, donde se elevaron defensores y delanteros, y la pelota parecía del arquero, pero alguien del rival anticipó a Diego (algunos pidieron falta) y le cabeceó prácticamente entre las manos. Era el 1 a 0, y otra vez con un gol evitable


Lo que a priori era difícil, lo era, a partir de ese gol pavote, mucho más. Sobre todo en la "especial" cancha 10. Pero tres minutos más tarde el verde iba a encontrar el empate. El Gato metió un saque lateral al área, hacia donde se encontraba el Poten. El delantero cubrió la pelota y antes de que se fuera por la línea de fondo, hizo un pase atrás: "Centro atrás es medio gol" dice el saber popular, y así fue: el Dibu recibió el balón de frente y concretó la otra mitad, clavando un fuerte disparo sobre el palo derecho del arquero.


El empate era justicia, por lo menos. En realidad, no lo era tanto, porque Vecchia se había encontrado con un gol en su única llegada al área limeña. Sus avances, sobre todo por la banda derecha, terminaban pasada la mitad de cancha y el verde, respondía sin la contundencia necesaria para ponerse en ventaja. Lo tuvieron, clarito, Víctor, el Dibu y Andrés, pero no pudieron concretar.



Y esa tibieza a la hora de ir por el partido empezaría a inclinar la balanza a favor del conjunto itálico. A tres minutos del final de la primera mitad, un delantero vecchio recibe sobre la izquierda de la defensa limeña, engancha e ingresa al área, a pesar de los intentos de Lean y Andrés. Allí descarga hacia el otro costado, donde recibe otro delantero, que engancha y, sin que Mauri ni el Colo ni Diego puedan evitarlo, clava el segundo gol.


En el complemento, La Lima iba a buscar el empate nuevamente. Tenía bien claro que había generado más que el rival, frente a una defensa que daba ventajas, con un líbero que no salía y habilitaba las espaldas de los laterales. El verde, además, quería reflotar aquella vieja premisa de "nada de goles boludos", tan útil siete dían antes.

Pero, está dicho, en la cancha mufa por excelencia eso se hace muy cuesta arriba. Y el golpe, siempre preciso, del Mal llegaría a poco de empezado el segundo tiempo. El Gato juega la pelota y se la da a un rival al querer hacer un pase atrás, este jugador encara a Lean, que parece rechazar pero pifia, y el delantero, muy sorprendido por la curiosa secuencia, termina definiendo frente a un Diego que le salía y poniendo el 3 a 1 que se insinuaba definitorio.


Nadie puede señalar que sentimiento inunda a los jugadores limeños en esos momentos en los que sus propios errores tienen un correlato inmediato en la contabilidad de goles que lleva el planillero. Si es bronca, si es impotencia, si es ansia de venganza, si es mera tristeza. Nadie lo sabe, pero los jugadores verdiblancos agarran la pelota, la acomodan masomenos, y sacan como si el partido fuera a durar todo lo que haga falta hasta llegar al empate.

Y eso pasó. El verde siguió buscando, a esta altura del partido con la certeza de que, mucho más difícil que hacer un par de goles, sería evitar que el próximo avance de Vecchia fuera otro palote para el rival en el tanteador.

A los 17 minutos iba a abrirse una nueva luz de esperanza para el verdolaga. En la media luna del área el Poten recibe de espaldas al arco y pasa la pelota al Dibu, que llegaba por la espalda del marcador de punta izquierdo. El volante supera la marca, enfrenta al arquero y define de muy buen modo, señalando el descuento cuando todavía había tiempo para mucho.

La alegría por el gol iba a llevar al equipo blanquiverde en busca de un empate que no parecía imposible. La defensa vecchiense intentaba disimular su cansancio, y el partido parecía no tener un dueño definido aún.


Hasta que, en una nueva edición de los mismos errores, la balanza se inclinó definitivamente. En un avance blanco, cae en la puerta del área un delantero y el juez sanciona tiro libre directo. Diego arma una barrera de cinco jugadores que le cubre su palo derecho, y se para en el centro del arco. Cuando el débil disparo, bajo y levemente orientado al palo izquierdo, del jugador itálico llegó a la línea de sentencia, era tarde: Diego manoteó, pero no alcanzó a desviar y evitar el que sería el resultado definitivo.


Ya derrotados, los jugadores limeños afrontaron dignamente el tramo final del match, y merecieron al menos un gol más: Guille casi lo tuvo tras un córner, pero el arquero alcanzó a desviar, y el Dibu estrelló un furibundo remate en el palo izquierdo, y casi cosecha un triplete personal histórico.


La primera ronda del Clausura ya es historia para La Lima. El sábado que viene queda libre, e iniciará la segunda ronda el lunes (feriado). Tiene muy cerca los que quizás sean sus últimos partidos oficiales del año (sin contar una segura clasificación al Torneo de Buena Conducta), si sigue jugando con este nivel. Deberá recuperar el temple que supo mostrar, para salir de la tibieza que tantas náuseas le generan a El.

Tendrá una a su favor: ya no volverá a jugar en la cancha 10.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La crónica tiene un tono de "brazos caídos", que no alienta ninguna esperanza. Yo, particularmente, confío en que no voy a volver a pifiar de esa manera tan burda. Eso es optimismo para lo que viene...

Anónimo dijo...

Coincido con leandro, además me parece que no jugamos mal. Merecimos ganar. Para mi es fundamental mejorar el estado fisico para la ronda que viene, eso se puede hacer y nos ayudaría bastante. Futbolisticamente hay cosas buenos y cosas malas, en definitiva es un torneo amateur y vamos para divertinos. Lo que yo no perdono es la gente que se borra, no llegamos a 11 cuando en un principio eramos 16.
Víctor

Anónimo dijo...

yo coincido con uds. , creo que no jugamos mal, pero no iba a poner el acento en eso si volvimos a perder por cuatro goles boludos...
ademas, encima que este blog es ignorado por la mayoria de los jugadores limeños, no se le puede adjudicar la mision de alimentar esperanzas.
Creanme, es mas divertido escribir viendo el vaso medio vacío, eso solo justifica el tono, porque el principal motivo que me lleva a hacer el blog es divertirme
Por otra parte, no creo que nadie vaya a jugar peor arrastrado por el bajón que irradian las crónicas, del mismo modo que no creo que yo vaya a jugar mejor por haberme sacado una foto con la virgen de Lujan, se entiende? depende de otros factores, como el que menciona victor...

igual, creo que por mas optimista que me ponga, las cosas le están saliendo bastante mejor a nuestros rivales

coincido con que no da para que seamos 16 en la primera fecha y 10 en la cuarta, eso si que tiene un tono de "brazos caídos", parafraseando a Lean

Anónimo dijo...

Jugamos bastante bien, pero inexplicablemente en esta ronda perdimos por goleada varios partidos (creo que sólo con Taladro fue justa la goleada). No sé por qué sucede eso, pero tal vez sea una cuestión anímica, un consecuencia de un círculo vicioso de goles pelotudos + derrotas + desazón + goles pelotudos y así. De la crónica, rescato "una porción maléfica del predio" y "para salir de la tibieza que tantas náuseas le generan a El".
Sublime

Colo

Anónimo dijo...

PD: El segundo gol no fue boludo. Fue mérito de los rivales

Colo

Anónimo dijo...

Yo soy uno de los ausentes en los últimos partidos. Las tres veces que falté fueron por razones verdaderas y por eso tengo muchas ganas de jugar. Me acuerdo de aquel día en el que faltaron los rivales y jugamos entre nosotros. Estuvimos a punto de usar toda la cancha porque eramos un montón... Bueno, igual, lamentablemente el lunes creo que no puedo escaparme del laburo. Con respecto a la crónica, no coincido en nada. La verdad, vi otro partido...
Javier S.

Anónimo dijo...

yo creo que para levantar un poco no queda otra que hacer un asado y tomar fernet.
el dibu

si, vi el blog!!!!!

Unknown dijo...

No puedo creer que el dibu haya visto el blog, quiero un ADN al comentario!!! El partido fue bastante bueno de parte nuestra, lo que si no le pudimos dar la chance al arbitro de aplicar la regla que contanta amabilidad nos explico. Vamos la lija por los goles boludos de los demas!