jueves, 8 de noviembre de 2007

Horizonte negro

La Lima continúa su caída sin fin: perdió su cuarto partido consecutivo y marcha último en la zona J, sin puntos. Caballos, el puntero de la zona, le ganó por 2 a 1 y profundizó la crisis en el "verde".


En lo que ya es una racha sin precedentes, La Lima lleva perdidos los cuatro encuentros jugados en la segunda ronda, y se asoma peligrosamente a la posibilidad histórica de terminar última y sin unidades, algo que jamás sucedió en los diez años de historia del equipo. El último sábado tuvo como verdugo de turno a Caballos, un equipo que ha levantado el nivel mostrado en la primera ronda y tiene grandes chances de clasificar, al quedar como único puntero de la zona cuando aún le resta jugar un partido.

El equipo verde se presentó con la remanida obligación de quedarse con los tres puntos, compromiso que sábado a sábado elude infaliblemente. Esta vez no hubo posibilidades de variantes tácticas, tan solo los once jugadores reglamentarios se hicieron presentes en el predio de Arana, algo que marca a la claras la falta de motivación del plantel: ni el clima primaveral, ideal para jugar al fútbol y luego bajarse unas birras en la plaza, alcanza para revertir la apatía que provoca el nivel de juego mostrado desde hace meses.

El plantel limeño se formó con Diego en el arco, Patico de líbero, Mauri de seis, y Javier G. y Pablo marcando los laterales; en el medio Lean se paró de volante central, el Dibu un poco más adelante, y Guille y Javier S. por las bandas; arriba, Andrés y el Poten.


El partido se jugó con un viento muy fuerte que iba de un arco al otro, y a La Lima le tocó, luego de perder el sorteo, atacar con el viento a su favor en el primer tiempo. Esta circunstancia dio pie para que, de movida, el verdolaga comenzara el encuentro a puro papelón: el puntapie inicial del partido, a cargo del Poten, resultó un disparo, supuestamente al arco, desde mitad de cancha, que se perdió por la línea de fondo, demasiado lejos de la valla y ante la mirada pudorosa del resto de los jugadores. Lo misterioso de la jugada hizo suponer a los más desprevenidos que se trataba de una estrategia que consistía en dejar, de inmediato, la pelota en poder del rival, no se sabe bien con qué intención.


Lo cierto es que no fue la única imprecisión en el juego limeño, iban a llegar muchas más. De todos modos, a poco de comenzado el partido, el veterano delantero iba a tener una chance de revancha, cuando tomó un mal rechazo de la última línea de Caballos y frente al arquero, remató mordido y apenas desviado.


Más allá del peligro inicial sobre su arco, Caballos no demoró en hacerse del control del juego, merced al buen trabajo de sus volantes centrales que se cansaron de recuperar pelotas para luego cruzarlas inmediatamente a las espaldas de los zagueros limeños. La defensa del verde tuvo serios problemas, a pesar de contar con el viento a favor para atenuar la velocidad de los ataques rivales. Sin dudas, la clave estaba en el mediocampo: la dificultad de los volantes limeños para desarrollar juego facilitaba la marca de los jugadores equinos, que se jugaban el liderazgo de la zona en cada pelota.


La Lima tuvo alguna otra chance (un cabezazo del Poten, desde lejos), antes de que llegara la apertura del marcador. Y como dice una frase bastante original, "los goles que se erran en un arco, se sufren en el otro", (o algo así, no importa). Promediando el primer tiempo, en una jugada cerca del banderín del córner, un delantero rival sacó un sorpresivo centro que sobró a Diego y cayó en el punto del penal. Allí, el delantero más alto de Caballos anticipó a Javier S. y clavó un cabezazo que significó el 1 a 0. Otra vez a remarla desde atrás.


La Lima perdía otra vez, y la nefasta combinación de poco fútbol, menos estado físico y cero concentración (se regalaron pelotas increíbles hasta en saques laterales) hacía muy cuesta arriba cualquier intento de revertir el resultado. Para colmo, se fue el primer tiempo, y el complemento iba a ser con viento en contra. La consigna era complicada: cualquier pelotazo tenía pocas chances de éxito, pero tampoco el juego por abajo era una garantía, dada la probada imposibilidad de realizar tres pases seguidos por parte de los jugadores del "verdín".



Cuando, aún sin jugar bien, La Lima procuraba el empate con esporádicas llegadas al área rival, iba a llegar el segundo gol de Caballos. Lean intentó salir de su campo con la pelota en su poder, pero fue presionado por el volante central rival, de muy buena tarea, que le quitó el balón y contraatacó. La defensa, mal parada, nada pudo hacer para evitar el 2 a 0 que parecía sellar definitivamente la suerte del team verdiblanco.


A cuatro del final, iba a llegar el descuento limeño, algo que, acaso, agregó una pizca de emoción al epílogo y atenuó, en los fríos números, lo catastrófico del presente verdolaga. Luego de un tiro libre desde la derecha del ataque verde, cuando llegaba el centro al área, el juez vio un agarrón de un defensor de Caballos a Javier G. y no dudó en pitar penal. El Poten se hizo cargo de ejecutar la pena máxima, y con disparo alto al ángulo del palo izquierdo marcó el 1-2, a pesar de la estirada del arquero.


Los minutos finales se jugaron a muerte. La Lima quemó los últimos cartuchos, tratando de llegar al empate, pero no hubo tiempo para casi nada más. Otra derrota que ya casi ni duele, de tanta costumbre. Ahora se vienen dos partidos importantísimos, antes del final de la primera fase: La Lima buscará obtener un punto para no terminar "zapatero" una ronda, por primera vez en su historia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Che no manden al frente con las cagadas... eso está mal, muy mal.
Estoy tratando de dejar de fumar... llevo 30 horas sin intoxicarme. Espero llegar al sábado con más aire. Lean.