miércoles, 14 de noviembre de 2007

Nos bardean la plaza

Gran sorpresa causó en la concentración limeña la publicación en el diario El Día de La Plata de una nota periodística referida al estado en que se encuentra nuestra querida plaza, esa que sábado tras sábado, desde hace años, alberga nuestros espíritus.
La plaza, nuestra querida plaza Yrigoyen, es hoy observada con preocupación por la prensa, y eso es lo que se ve reflejado en el análisis que hace El Día: "Preocupa el abandono de la plaza Yrigoyen de 19 y 60 ", titula.
La nota pone especial énfasis en los aspectos arquitectónicos del paseo. "Presenta taludes desmoronados, barandas oxidadas, falta de limpieza y arbolado descuidado .Escasa iluminación. Falta de limpieza. Arbolado sin recambio ni mantenimiento. Taludes que se desmoronan y barandas que se oxidan. Un relieve indescifrable en los senderos -o lo que queda de ellos-. Abandonada a su suerte desde hace años, la plaza Hipólito Yrigoyen muestra su peor cara: la que dibujan el descuido, la suciedad y el vandalismo.En el paseo circular de poco menos de una hectárea que se ubica en la intersección de 19, 60, las diagonales 74 y 75, las pocas farolas que se conservan están desactivadas; no existen veredas; el espacio central que alguna vez estuvo parquizado y luego pasó por una etapa -efímera- de fuente, hoy es una estructura de hormigón sin aporte funcional o estético apreciable; perduran mástiles de roldanas inmóviles y banderas ausentes; fragmentos de adoquines y ladrillos tapizan el suelo; y nadie vacía los cestos metálicos y plásticos que no están destrozados".

"Eso no es todo en una plaza que probablemente se encuentre entre las menos atendidas de las 22 que incluye el casco urbano", continúa la nota, y agrega que "el pasto desaparece paulatinamente bajo los huellones de motos y bicicletas; el vandalismo se llevó partes del reloj de sol; no hay bancos; y el busto de Hipólito Yrigoyen, primer presidente democrático de la Argentina, no existe. En su lugar, tres varillas sobresalen de un pedestal trunco, sin identificación alguna. En el haber se cuentan apenas un arbolado añoso -que aún "resiste" la falta de podas de conducción y tratamiento fitosanitario-; una de las calesitas históricas de la Ciudad; y tres áreas de juegos infantiles en condiciones regulares."



En esto se fija El Día


Una de las vecinas consultadas por el diario, bastante buchona por cierto, remarcó que "falta iluminación y limpieza; a la noche no es recomendable cruzar, y a la mañana se suelen encontrar restos de botellas de cerveza rotas", en clara alusión a la visita de los muchachos de la Lima.


Desde este medio queremos reivindicar a ese espacio fundamental para la historia de este engendro llamado La Lima.


Derrotados o victoriosos, qué jugador que pasó alguna vez por La Lima no pisó ese entrañable escenario en el que tantas amistades se fortalecieron y tantas otras, tras varias horas de charla y cervezas, perdieron el equilibrio y tambalearon.

En las largas tardes de calor, en las breves y frías, en las de lluvia enemiga, la plaza de 19 y 60 fue, tantas veces, el mejor refugio para los viejos y no tan viejos jugadores del "verde".


Esos muchachos que se sientan en fila, con unas botellas y unas bolsitas de semillas de girasol, y miran pasar los micros, los autos, los culos, los coches con moño llevando novios a la iglesia para el casorio.


Esos que prometieron plantar alguna vez una planta de limas, y no sólo no lo hicieron, sino que también se empeñan en derrumbar algún día el coposo árbol que les sirve de letrina y les recibe los orines.


Esos que nunca se dan cuenta en qué momento pasaron de hablar del partido, a hablar de mujeres, y de ahí a vociferar teorías de cualquier tipo o a sacarle el cuero al que recién se fue.


Esos que sintieron más de una vez las caricias de algún oficial de la buena policía, que les pedía documentos y los palpaba, a la vista satisfecha de los vecinos.


Esos que, aún conociendo los quilombos domésticos a los que se exponían inevitablemente, se quedaban allí siempre que quedara alguno que agarrara los envases vacíos de cerveza para cruzar hasta el kiosquito, gambeteando autos, a buscar "dos más".









En esto nos fijamos nosotros

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A la nota de El Día le faltó mencionar que los árboles de la plaza largan pompones de algodón.

Unknown dijo...

El dia que la lima deje de engalanar esa plaza sera el dia que este abandonada!!! (toma no sabe)

Anónimo dijo...

3 comentarios:

1) Nunca me voy a olvidar el día que Lautaro GP, llegó a la plaza del lado opuesto al que vamos hoy, se tomó 3 birras, con las gambas llenas de barro, luego abrió la mochila, sacó las pilchas, un rexona 24 horas de protección, y se empilchó para un bautizmo que lo esperaba en una capilla local.
2) El bochita Correa ( hermano menor de patico), siempre, pero siempre que fué a la plaza luego de un partido limeño se fué totalmente en pedo !!
3) Lo de la birra y los problemas domésticos es pura realidad.

Chau
Abrazo a todos
Guille C