lunes, 19 de noviembre de 2007

¡Por fin metió segunda!

Luego de casi 14 meses, La Lima volvió a ganar dos partidos de manera consecutiva. El sábado lo dio vuelta sobre el final y venció a Los Betos por 2 a 1. Llegó a los seis puntos, en la mejor campaña (en una ronda) de esta temporada.


Pedorra. Así es la foto de los once
que cerraron el Clausura 2007 con un triunfo

Mucha agua tuvo que pasar bajo el puente para que La Lima volviera a vivir una alegría por eso que para tantos es cosa habitual: ganar un sábado, y volver a ganar al siguiente. Con exactitud, fueron 37 partidos, desde aquel 23 de septiembre de 2006, cuando hizo doblete por última vez.

Hasta hace diez días, muy otra era la realidad en el ahora eufórico campamento limeño: la sequía de puntos, al cabo de las cuatro primeras fechas de esta segunda ronda, presagiaban un desastre estadístico, ya que La Lima podía terminar con cero puntos. El nivel de juego mostrado hasta entonces, más un poco de mala suerte (hay que decirlo), pintaban como inevitable el triste destino del team verdolaga.

Pero en estas circunstancias, suele ocurrir que se saca recursos de donde sea y aparece ese fuego sagrado de los grandes equipos. Fue así que La Lima, con mucho más sacrificio que fútbol, logró quedarse con una victoria frente a La Moma y sumar sus tres primeros puntos. El alivio fue tan grande que permitió a los jugadores limeños animarse a soñar un poco más. "¿Y qué pasa si ganamos de vuelta?", se habrán preguntado varias veces en la última semana, con ese entusiasmo que sólo tienen quienes aún creen en ciertas utopías.

Y con ese objetivo en mente, el de sumar otros tres puntos y redondear la mejor campaña por ronda de este opaco 2007, fue que La Lima se presentó a jugar el último sábado con Los Betos, un buen equipo que hasta la fecha pasada peleaba la punta y tenía grandes chances de ganar la zona.

Las bajas en el verde no fueron pocas: Javier S. (compromisos laborales), Lautaro (el mismo motivo), el Cabo (problemas con el auto a último momento), Pablo (lesión en un brazo) y el Dibu (de joda en la playa). Hasta último momento, se creyó que no se llegaba a once, pero apareció por sorpresa el Primo, que volvió a jugar en La Lima después de más de cuatro meses.

La Lima, sin cambios para realizar, salió a la cancha con Diego en el arco, Patico de líbero, Javier G. marcando por derecha, Mauri de seis y Lean por la punta izquierda de la zaga; un mediocampo con Seba como volante de contención, junto a Rodrigo, un poco más suelto, y Guille y el Primo, tirados a los costados; arriba, Andrés y el Poten.


Comenzado el partido (con una temperatura bastante alta), La Lima se apoderó de la pelota, merced a un mediocampo que presentaba un mayor volumen de juego. La constante vocación ofensiva de los volantes limeños, fue, acaso, la principal herramienta defensiva del verdolaga, ya que obligaba a replegarse a Los Betos, y daba más aire a la defensa comandada por Patico.

El juego dinámico en busca del arco rival, no daba buenos frutos, sobre todo por las imprecisiones a la hora de definir. El Poten y Andrés no lograban cerrar ninguna de las llegadas limeñas y las jugadas de mayor riesgo vinieron a partir de dos tiros de esquina que el Primo casi convierte en gol: en el primero peinó un centro y la pelota se fue por arriba; en el siguiente, la pelota sobró al arquero y le quedó alta al volante limeño, que ensayó una media chilena, sin suerte.

La presencia de un mediocampo con más fútbol no impidió, sin embargo, la reacción de Los Betos que se empezó a mandar al ataque. Sobre el final del primer tiempo, La Lima perdió el control del juego, pero una defensa más confiada y la correcta tarea de Diego en el arco terminaron por conservar el cero.

El segundo tiempo arrancó parejo. Se jugaba bastante lejos de los arcos, y el cero a cero era un resultado que le venía bien al partido. La Lima intentaba llegar al área rival y tuvo un par de chances: Rodrigo, en franca posición de gol, remató desviado, y Andrés, cerca del arco, levantó la pelota 14 metros.

Cuando corría el minuto 15 iba a llegar una jugada que iba a cambiar el trámite del partido. El arquero de Los Betos sacó rápidamente, cuando casi todo el equipo limeño estaba jugado en ataque. La pelota cayó llovida sobre la posición de Patico, y el líbero, con un rival encima, calculó mal y trastabilló. El delantero se fue con la pelota, que le quedó larga, sobre la derecha y Diego, que salía a cubrir, acompañó la jugada sin intervenir. Fue así que el delantero betense alcanzó a tocar al medio, ante la pasividad del guardameta, por donde llegaba otro jugador, sin marca, que conectó al gol a centímetros de la línea de sentencia.

El 1 a 0 abajo, provocado por una jugada tan estúpida, fue un duro golpe anímico para La Lima, que a partir de entonces "se fue" del partido. Fue el peor momento, y cerca estuvo el segundo gol de Los Betos, que hubiera puesto cifras definitivas a la cuestión. Primero salvó Lean sobre la línea, y luego Guille trabó justo cuando un jugador rival iba a rematar al arco desde posición inmejorable.

La desesperación por generar algo colmó de nerviosismo a algunos jugadores limeños. Cuando empezaban a escucharse algunos reproches, iba a llegar una jugada fortuita, a menos de diez para el final, que volvió a emparejar las cosas. Rodrigo asistió con precisión a Andrés, que ingresaba al área por derecha, y éste envió un centro al corazón del área chica. Allí, exigido, un defensor de Los Betos quiso rechazar, pero con tan mala fortuna que la embocó en su propio arco, desatando el festejo loco de Andrés y el resto de los jugadores verdolagas, que se olvidaron de todos los códigos.

El 1 a 1 era más justo, y quedaba poco tiempo como para pensar en una nueva modificación en el tanteador. Con el empate los dos equipos se llevaban algo, y para La Lima, aunque no se resignaba a ganarlo, era más que suficiente no perder. Pero no estaba todo dicho, aún.

A dos minutos del final iba a llegar una jugada notable que será recordada por mucho tiempo. Rodrigo cedió la pelota a Andrés en mitad de cancha, y salió corriendo para adelante. Pólvora Seca hizo la pausa y le devolvió el balón al volante, que ya ingresaba por derecha al área. Acosado por dos defensores que salieron a cerrar, Rodrigo alargó casi hasta la línea de fondo, donde, con una maniobra exquisita, enganchó y en ese único movimiento giró, dejando fuera de la jugada a sus marcadores. Desde un ángulo muy cerrado, no quedaba otra que el centro atrás. Así lo creyó el arquero, que descuidó el primer palo, y por allí ingresó la pelota, luego de un toque sutil del Carmona mayor. Go-la-zo. Y premio merecido para este gran jugador, que volvió la semana pasada a las canchas, luego de cuatro años.

La locura final por una victoria que ya no se esperaba, no impidió que los once jugadores limeños se concentraran durante los últimos minutos para reventar la pelota adónde sea, y conservar los valiosos tres puntos.


Con el pitazo final, todo era algarabía entre la montaña de bolsos. La Lima sumó los últimos seis puntos y se probó, como equipo, que tiene mucho como para hacer un papel más digno que el mostrado en este año. Ahora, se viene la participación en el Torneo consuelo, que los organizadores llaman "de Buena Conducta". Una buena oportunidad para seguir sumando alegrías.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

se vino el Rodrigazo!(bueno)

Anónimo dijo...

lautaro o el cabo piedras

Anónimo dijo...

den la cara cobardes!!!

Anónimo dijo...

lo primero lo escribi yo...es q soy muy timida MMUUUUUUUUUU!

Unknown dijo...

Andres formaba de jugador o mascota en la foto?