domingo, 11 de noviembre de 2007

Salvó las papas

El honor de La Lima quedó a salvo: venció por 1 a 0 a La Moma y alejó definitivamente el fantasma del zapaterismo. En un partido chivo, aguantó la diferencia con 10, por lesión de Pablo. Estos tres puntos renuevan la confianza y alimentan la ilusión: si gana el sábado que viene redondeará la mejor ronda del año.
Suele pasar cuando a los grandes les tocan el orgullo: una fuerza misteriosa emerge desde lo profundo para poner las cosas en su lugar. Así parece haber sucedido ayer por la tarde, en el predio de Arana, cuando el vapuleado equipo verdolaga enfrentó al irregular La Moma, por la penúltima fecha de la segunda ronda del Clausura. Uno, sin puntos; el otro, con tan solo tres. Poca diferencia. El momento ideal para revalidar aquél que fuera el único triunfo en los últimos cinco meses, justamente frente al mismo rival, por la primera ronda.
En aquella oportunidad, el 8 de septiembre pasado, La Lima vencía a La Moma por 2 a o (próximamente postearemos material inédito de ese partido, relegado en su momento por la depresión del Poten), luego de una sequía de victorias que se había prolongado por 84 días, y se creyó entonces que la racha había cambiado definitivamente. Pronto pudo verse que no fue tan así y recién ahora, 63 días después, el "verde" logró quedarse nuevamente con tres puntos muy valiosos, no tanto para las frías matemáticas como para la deteriorada autoestima de los "jugadores" limeños.
Los observadores coincidieron en apuntar que demasiadas cosas poco habituales sucedieron ayer. Por empezar, el retorno de un grande: Rodrigo, el hermano del Dibu volvió a las canchas luego de un cuatrienio sabático, forzado por una lesión grave en su rodilla. El mayor de los Carmona jugó el partido completo en el mediocampo limeño y demostró lo importante que puede ser para este equipo, aún sin estar al cien por cien de sus posibilidades. Otra cosa muy poco habitual fue el retorno al gol de quien ha sido el máximo artillero en la historia del equipo verdoso. Andrés, a quien ya se lo empezaba a cuestionar por lo bajo (es delantero y no hacía goles desde hacía 106 días, en el amistoso frente a Wilkinson), no solo clavó un zapallazo que fue definitivo: también se levantó temprano y trabajó con la pala en el jardín de su casa, algo rarísimo, por cierto. Otra extravagancia absoluta fue la que pudo observarse minutos antes de comenzar el partido: por primera vez después de muchos años se sorteó qué jugador debía quedarse en el banco de suplentes. Obviamente, perdió el Poten. Estas rarezas, entre otras cosas que pasaron ayer, parecen tener el destino ineludible de cábalas a adoptar por el plantel, algo que preocupa, sobre todo, al veterano delantero.
A pesar de ausencias importantes (El cabo, Lautaro, Patico, a último momento), La Lima no tuvo problemas para plantar el equipo: Diego, en el arco; de líbero, Lean, y Mauri de segundo marcador central; marcando la punta izquierda se ubicó Pablo y Javier G. tomo el sector derecho de la zaga; en el mediocampo, un doble cinco con Seba y Rodrigo, acaso la novedad saliente; Javier S. jugó por la banda derecha y el Dibu lo hizo por izquierda; Guille jugó como media punta y Andrés fue el más adelantado de la ofensiva. El Poten, está dicho, jugó de camarógrafo todo el primer tiempo.
Iniciado el encuentro, al "verde" se le hizo difícil tomar el control de la pelota. Desprolijidades de uno y otro lado impidieron ver un buen espectáculo: la pelota no la tenía nadie y se iba una y otra vez por la línea de cal sin que se pudieran hilvanar jugadas interesantes. Una de las primeras la tuvo el Dibu, que, solo frente al arquero, la quiso colocar pero la pelota no dobló y se fue a la calle. De todos modos, ya se notaba un mejor juego asociado, a partir del despliegue de Seba y Rodrigo.
La Moma, intentaba meter pelotazos al área, pero la defensa limeña, ordenada, rechazaba sin problemas. Una muy clara iba a llegar luego de un tiro libre ejecutado desde la izquierda, que reventó el tavesaño, Diego demoró en salir y Mauri tuvo que cometer un claro penal, que el juez ignoró.




Ya partió el tiro libre que va a dar en el travesaño limeño


Poco después, iba a llegar el único gol del partido. Mauri rechazó violentamente un intento ofensivo de La Moma, con un pelotazo que pasó la mitad de cancha y le cayó a Rodrigo. El volante, casi sin detener el balón, extendió hacia Andrés que subía por la franja izquierda. Inexplicablemente, el defensor no salió al cruce y Pólvora Seca aprovechó para rematar desde lejos por encima de la atípica humanidad de Miki, el arquero rival, y colocar el balón en el ángulo del segundo palo. Un golazo como para reivindicar al Doctor, tan alejado de las redes últimamente.

Los jugadores limeños festejan el gol, los momeños lo lamentan

Con el 1 a 0 a favor, La Lima empezó a controlar los tiempos del partido y La Moma comenzó a desesperarse por el empate, sin encontrar la fórmula para vulnerar a una (esta vez sí) concentrada defensa. Por si fuera poco, tanto Javier G. como Pablo aportaron ofensivamente al soltarse por sus respectivas bandas. Un libreto muy poco usado esta temporada por parte del verdolaga.

En el entretiempo la variante del Poten por Guille buscaba no alterar el equilibrio y la solidez que había encontrado la zaga limeña. El esquema no sufría variantes y el objetivo era aumentar la diferencia y cerrar el partido. No faltaron chances: un remate de Rodrigo dio en el travesaño y un par de pelotazos al área pusieron en apuros a la defensa rival.

Pero a poco de comenzado el complemento, agotado el único cambio disponible, La Lima iba a quedarse con diez. Pablo fue derribado y al caer se torció la muñeca, y ya no pudo continuar. Algunos compañeros se replegaron inmediatamente, ante lo que creyeron una riesgosa inferioridad numérica. Pero grande fue la sorpresa al caer en la cuenta de que La Moma jugaba con diez desde el inicio del encuentro, con lo cual, ahora, las cosas quedaban más parejas.

Así y todo, el conjunto momeño parecía tener uno más. La Lima replegó al Dibu, con lo que perdió juego en el mediocampo, y al Poten, con lo que perdió juego en el mediocampo y en la delantera. El objetivo pasaba a ser exclusivamente conservar el statu-quo, hasta el pitazo final, que amagaba en demorarse en virtud de las reiteradas interrupciones en el juego. La Moma iba e iba, y La Lima sacaba todo como podía e intentaba de contragolpe.

En tres oportunidades La Lima pudo marcar el segundo y sellar el resultado. Primero, Javier S. recibió un pelotazo cruzado del Poten, dominó e ingresó frontal al área, pero definió defectuosamente. Más tarde, lo tuvo Rodrigo (se acercó muchas veces al área rival), que se escapó y frente al arquero remató exigido y desviado. Y luego el Poten, por izquierda tocó ante la salida del arquero, pero sin fuerza; la pelota iba al arco, pero llegó un defensor y rechazó al córner.

La Moma tuvo, a su vez, no pocas chances de mucho peligro. El cambio de Miki, que dejó el arco y se fue a jugar de nueve, complicó demasiado a la defensa limeña. Un cabezazo de Miki, que cruzó todo el arco, un remate debajo de la valla que se fue por arriba, sumados a los continuos centros al área, se cuentan entre las numerosas chances de empatar que tuvo el rival.

Sobre el final, todo se jugaba en el campo limeño, pero la zozobra final no alcanzó para cambiar la historia, y La Lima se quedó con un triunfo valiosísimo. La alegría de los jugadores limenses lo decía todo: vuelven jugadores, vuelven las victorias, vuelve el blog. Quién no se ilusiona con que vuelva el fútbol, un día.

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