viernes, 2 de mayo de 2008

Tenía que ganar y lo ganó


La Lima necesitaba imperiosamente los tres puntos para no quedarse atrás y alcanzó su objetivo: Napolitanos no se presentó y el reglamento le dio al verdolaga el primer triunfo de la segunda ronda .


Como para meterle más presión al crucial momento que atraviesa el equipo limense, un rato antes se habían dado dos resultados más que inesperados. En primer turno, Arana había caído frente a Sordito, quien de esta manera alcanzaba sorpresivamente la punta de la zona E. Más tarde, el puntero Drink Team perdía el invicto frente a Manchester y el equipo inglés pasaba a liderar el grupo con 7 unidades. Con estos resultados, La Lima debía imponerse sí o sí ante Napolitanos para no quedar alejado de los tres de más arriba.


Como quien entiende claramente lo que se está jugando, el verdolaga sacó a relucir ese fuego sagrado reservado para los momentos claves, esa mística de la que tanto se ha dicho, y llevó al predio de Arana la casi inédita cifra de 16 jugadores para pasar por arriba a su rival. Lesiones curadas a último momento, viajes suspendidos sobre la marcha, reapariciones inesperadas y fiaca de feriado dejada a un lado: todo se conjugó en un mismo esfuerzo en pos de una victoria.

Los muchachos esperan en vano a los rivales



Y semejante sacrificio tuvo su premio. Minutos antes de las 17, cuando ya había expirado el período de tolerancia, los organizadores confirmaron la noticia de que el rival no se presentaba a jugar y, automáticamente, La Lima alcanzaba los 4 puntos en la tabla de posiciones. Más allá de alguna queja aislada, los jugadores recibieron la novedad con alegría, no sólo por lo significativo del triunfo, sino también por los catorce pesos ahorrados. Además, no pocos repararon en que en menos de 48 hs. el verde deberá jugar con el ahora escolta Drink Team, y la suspensión venía bien para no dilapidar el escaso capital físico del plantel limeño. No obstante, y para aprovechar el momento, los jugadores limenses improvisaron un picado informal en el que el detalle principal fue el reencuentro con la vieja y querida casaca amarilla, perdida desde hacía bastante tiempo.



Sobre los motivos de la ausencia de Napolitanos se barajaban dos versiones. Una indicaba que el cambio de la dirección del viento había desviado la nube de humo proveniente del Delta hacia el Océano Atlántico y esto había impedido la llegada del barco que trasladaba al plantel rival desde la lejana Nápoles. La otra, más creíble, señalaba que tras perder siete partidos consecutivos a Napolitanos le resultaba imposible juntar siete jugadores que prefirieran presentarse a jugar antes que, por ejemplo, dormir la siesta o cortar el pasto (por nombrar dos actividades propias de un feriado).

1 comentario:

Unknown dijo...

Vamos la lija! 16 jugadores!