Un empate agónico para seguir sumando

En un partido intenso, La Lima empató en tiempo de descuento y rescató un punto. Fue 1 a 1 frente a Côte d´ Ivoire. Andrés se reencontró con el gol y el Poten fue expulsado. La clasificación por buena conducta, cada vez más lejos.

Se trataba de un partido importante. Agotadas todas las posibiolidades de clasificar por suma de puntos, La Lima enfrentaba en el día de ayer un doble desafío: sumar, ganando o empatando, para alejarse del último lugar de la tabla y evitar tarjetas que puedan arriesgar la situación de privilegio en la que se encontraba en la tabla de conducta (tercero, entre 91 equipos).

Para la dífícil parada se presentaron 14 jugadores, a pesar que hasta dos horas antes sólo habían confirmado su asistencia tan sólo 11. La formación inicial fue: Lautaro en el arco; Patico de líbero, el Cabo de seis, Javier G. y Lean marcando las puntas; en el mediocampo Javier S., Seba, Dibu y Guille; y de delanteros Martín y el Poten. En el banco de relevos quedaron esperando Mauri, Pablo y Andrés.

Desde el primer minuto se notó que era un partido intenso. Mucho dinamismo y pierna fuerte para tratar de dominar el juego. La Lima intentaba atacar desordenadamente, pero defendía con mucha vehemencia cuando la pelota la tenía el rival. Un rival con muchos jugadores jóvenes y naturalmente rápidos que en más de una ocasión sacaron provecho de la diferencia.

A pocos minutos de comenzado el juego, una salida defectuosa por parte de Côte d´Ivoire iba a generar la situación más clara para el equipo limeño: el Poten robó una pelota sobre la izquierda y metió un centro al área; la pelota sobró al Dibu, quien quiso recuperarla pero fue derribado por el arquero rival. El juez pitó penal, ante las protestas de todos los jugadores de Côte d´Ivoire.

Con el recuerdo demasiado fresco del penal marrado por Patico en el partido anterior frente a Funebreros, esta vez era la oportunidad para que Lautaro se hiciera cargo de la ejecución del disparo desde los doce pasos. El (ayer) arquero limeño cruzó toda la cancha, acomodó el balón y se perfiló para ejecutar de derecha. El remate bajo fue hacia la izquierda del arquero que, en dos tiempos, se quedó con la pelota.

La Lima desperdició una gran oportunidad de ponerse en ventaja y, a partir de ese momento, cedió la iniciativa al rival, que empezó a soltar a sus volantes y a sacar a la línea defensiva, dejando muy lejos del arco a los delanteros limeños, más preocupados en pelearse entre sí que en jugar al fútbol.

Promediando el primer tiempo Lean sufrió un esguince en su tobillo derecho. A pesar de intentarlo, no pudo seguir jugando y fue reemplazado por Pablo.

Cerca del final de la primera etapa, el juez cobró una falta en la puerta del área. Tiro libre muy peligroso por la escasa distancia al arco. El remate, imposible de atajar, pasó la barrera y se clavó en el ángulo superior izquierdo de Lautaro. La Lima terminaba el primer tiempo perdiendo por un gol, pero la diferencia pudo ser mayor si entraba otro remate que pegó en el travesaño.

Para la segunda etapa Martín dejó su lugar a Andrés y Mauri ingresó por el Cabo.

Agotados los cambios, La Lima salió en busca del gol que le diera el empate, pero no logró hilvanar una sola jugada que llevara riesgo al arco rival.

La defensa, con Patico y Javier G. como principales baluartes, sacaba y sacaba en los peores momentos, cuando Côte d´Ivoire parecía cada vez más cerca del segundo gol. El rival se animaba cada vez más, confiado en que las respuestas limeñas eran desordenadas y poco eficaces: a la hora de pasar la mitad de la cancha y asociarse en ataque, los jugadores de La Lima chocaban una y otra vez contra sus propias limitaciones.

Así transcurrió todo el segundo tiempo, hasta la jugada del final que iba a terminar cambiando la historia. Sobre la hora, una falta sobre el sector derecho, a la altura del área, genera un tiro libre. El Poten envía un centro al área, la pelota se abre, Pablo la peina y, en el borde del área grande, Andrés la para de pecho y saca una volea precisa que se mete en el ángulo superior izquierdo del arquero, que, a pesar de volar espectacularmente, no puede evitar el empate. Gol y locura, para el festejo del equipo y sobre todo del delantero que se reencontró con el gol en un momento crucial.

Quedaba uno de los dos minutos adicionados por el juez, quien inexplicablemente hizo jugar cuando medio equipo verdolaga estaba volviendo a tomar posiciones, con un jugador sin camiseta y otro (Lautaro, el arquero) ensangrentado y caído por un choque. Côte d´Ivoire sacó y un jugador pateó al arco vacío ante la permisividad del referí, quien parecía ignorar algunos aspectos básicos del reglamento que debe hacer cumplir. Esto motivó la protesta airada del Poten (en esta ocasión, capitán del equipo) y de Andrés, quien todavía se estaba poniendo la casaca. El juez, lejos de rever su error, amonestó a ambos jugadores, y luego expulsó al Poten (aplaudió irónicamente al árbitro). Estos errores, propios y ajenos, terminaron por complicar la clasificación del equipo en el torneo de buena conducta, un objetivo prioritario, según se supo más tarde, para numerosos jugadores limeños.

El final del partido fue muy caliente. La Lima aguantó con un hombre menos la arremetida del equipo rival y de la terna arbitral, más preocupada por provocar a los jugadores del "verde", que por calmar los ánimos. La Lima iba a tener una chance más, pero fue malograda por el Dibu, por la lógica indignación, bronca y desconcentración que le generó la actitud irresponsable de hacerse echar que tuvo el Poten.

Fue un empate agónico, quizás merecido por la actitud y la chance malograda en el primer tiempo, ante un buen equipo. Aunque aún muestra muchos aspectos en los que debe mejorar, La Lima continúa por la senda de la recuperación y en siete días tendrá una nueva oportunidad para demostrar a qué puede aspirar.

Mauri, parado en el arco. Nótese por dónde entraron los dos zapallazos del partido