domingo, 20 de mayo de 2007

Una derrota difícil de entender

La Lima hizo cuatro goles, pero Zubeldía le hizo cinco y le ganó un partido increíble. El equipo verde lo dio vuelta en el segundo tiempo, pero reiterados errores defensivos lo dejaron con las manos vacías en el último minuto.

El último partido de la primera ronda pintaba complicado, a pesar de no haber nada más en juego que tres puntos. La Lima y Zubeldía llegaban al final de la primera parte del Torneo Apertura luego de una campaña irregular. El equipo verde había logrado remontar en parte una realidad futbolística bastante pobre en el comienzo del certamen, y había cortado la serie de derrotas en los dos últimos partidos. Por eso se tomaba a este encuentro como importante para sumar puntos y terminar en la mitad de la tabla.
A priori, volvieron las complicaciones habituales cuando La Lima atraviesa algunos partidos y deja de perfilarse para ganar el título: bajas y deserciones de todo tipo que complican el armado de un equipo con aspiraciones medianamente serias y la improvisación táctica que de esto resulta. De los más de quince que estaban en lista hace dos meses, al empezar el campeonato, (y la necesidad de un "administrador de cambios") a la falta de variantes actual, sin escalas intermedias. Lesionados (Ramón, Lean), renunciantes (el Primo), expulsados (Poten), ausencias imponderables (Javier S.) y presencias imprevisibles (Martín, el Cabo): todo se conjuga en este momento para dificultar aún más el armado de un equipo estable.
Así fue que La Lima tuvo que recurrir nuevamente a un invitado de último momento, el "Gallego" Adrián, hermano de Mauri, para cumplir con los once que debía presentar. La Lima formó con Diego en el arco, Javier G. de cuatro, Patico de dos, Mauri de seis y Pablo de tres; en el mediocampo el Dibu y Guille fueron por derecha e izquierda respectivamente, y Seba y Lautaro formaron el doble cinco; arriba, Andrés y el Gallego.
En los primeros minutos La Lima se mostró como un equipo ansioso por avanzar en el campo de juego, pero muy lento. Con dificultad se lograba pasar la mitad de cancha antes de perder la pelota, y en cada ataque de Zubeldía la defensa quedaba mal parada ante la velocidad de algunos jugadores del equipo rival.
A los 10 minutos iba a llegar la apertura de marcador: en un ataque de Zubeldía rechaza Mauri, un rival cabecea nuevamente hacia el área y agarra a la defensa saliendo y pidiendo offside. El delantero, ante el quedo del arquero, definió bajo. 1 a 0, casi desde el comienzo.
La Lima segúía sin lograr conservar el balón, perdía y se hacía difícil hilvanar el juego que llevara al empate. A los 21, luego de un tiro libre, Zubeldía iba a aumentar las diferencias: el centro desde la derecha se cerró hacia el arco, Diego no la atajó ni la rechazó, Guille en la línea tampoco llegó a despejar y un jugador rival la empujó al gol. El resultado, los errores cometidos y el juego mostrado hasta aquí hacían prever lo peor.
Los volantes seguían muy estáticos, la pelota no circulaba y se veía lejos siquiera el descuento. Pero a tres minutos del final del primer tiempo, Seba fue a pelear en lo alto una pelota contra el seis de Zubeldía, y con un pase medio karateca habilitó a Guille que entraba al área por izquierda. El volante dominó el balón y definió por abajo. Al descuento le siguió, dos minutos más tarde, una cuestionada expulsión de un volante de Zubeldía, por una fuerte falta al Dibu. El primer tiempo terminó y la sensación era que, con un hombre más, se podía equilibrar el partido y el resultado.
Todas las expectativas parecieron derrumbarse al minuto de iniciado el segundo tiempo, cuando en un córner desde la punta derecha, un delantero de Zubeldía se anticipó a todos y remató de primera el centro bajo. Gol, 3 a 1 en contra, y ahora sí parecía un resultado cerrado.
Herido en su orgullo y su amor propio, el equipo siguió buscando la manera de descontar. Zubeldía empezó a "sobrar" el partido y los volantes limeños se pusieron las pilas y pelearon cada pelota como si fuera la última. Mucha pierna fuerte y cierta permisividad del árbitro fueron equilibrando las cosas. Hasta que en un ataque Lautaro tomó una pelota en el círculo central y puso un pase de 25 metros a Guille, que rompió el offside rival entrando por izquierda. El volante enfrentó al arquero, lo eludió y desde un ángulo cerrado definió con una frialdad pasmosa. Golazo, y el descuento necesario para intentar el empate.
La Lima pareció agrandarse. Estaba a un gol del empate, algo impensado hasta el momento. Y el gol iba a llegar pocos minutos después, cuando un centro desde la izquierda es peinado en el área por Andrés y por atrás (en lo que pareció ser clara posición adelantada) el Gallego, debutante absoluto como jugador limeño, conectó de cabeza, para alivio de todo el "verde".
A los 17 minutos, Guille recibió otra pelota por izquierda y quiso definir, pero el arquero, que salió rápidamente fuera del área, tapó y dio rebote. Andrés, que venía siguiendo la jugada de atrás tomó el rebote de primera y remató un disparo altísimo. Parecía que se iba, pero el balón bajó justo y entró. Go-la-zo. Y delirio para todo el equipo, que merecía que se le dé una alguna vez. Afuera, la barra brava limeña era pura fiesta. La Lima, en quince minutos, había hecho tres goles y había logrado dar vuelta una derrota sentenciada.
Pero todavía iba a haber más sorpresas. Quedaban trece minutos más el descuento, que, se calculaba, iban a ser varios minutos. La Lima pudo aguantar la victoria cinco minutos. A los 22, otro tiro libre, otra pelota parada, iba a terminar en gol en contra. Un centro a la altura del área, desde la derecha. La defensa se paró en la línea de la barrera, dejando adelantado al delantero más alto de Zubeldía. Cuando el juez dio la orden, el delantero salió del offside, anticipó a Mauri, y clavó un cabezazo tremendo. Era empate 4 a 4 y estaba para cualquiera, cuando quedaban casi diez minutos.
La Lima pudo ganarlo, en un córner que ejecutó Guille y Mauri conectó entrando por el primer palo. Pero no se daba. Parecía mentira que el triunfo se escapara despues de dar vuelta un 3 a 1 y con un hombre más.
En una de las últimas jugadas del partido, el cansancio de algunos jugadores derivó en una falta cerca de la media cancha, sobre la derecha de la defensa limeña. Tiro libre, y casi todos los jugadores de Zubeldía al área. El centro cruzó de izquierda a derecha y cayó por detrás de los defensores limeños que perdieron la marca. Un jugador rival cabeceó solo al arco, la pelota le rebotó a Diego, quien al querer sujetarla vuelve a perderla, a centímetros de la línea, y se la deja servida a otro jugador para que ponga el 5 a 4 definitivo. Iban 30 y ya no había tiempo para más. A La Lima se le escapaba un triunfo y volvía perder, de un modo inexplicable.
Pocas veces se verá que un equipo hace 4 goles y pierde. Sólo queda mirar para adelante y tratar de equivocarse lo menos posible. Ayer, con un par de errores menos, se quedaba con los tres puntos.


Nota: por problemas técnicos no habrá imágenes de este partido.

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